La falta que me haces 2019
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) presenta la exposición "La falta que me haces", del 30 de agosto de 2019 al 29 de septiembre de 2019, en el Centro Dragão do Mar de Arte e Cultura (Centro Dragón del Mar de Arte y Cultura) en Fortaleza, Estado de Ceará. Con imágenes de Marizilda Cruppe y la dirección artística de Rogério Costa, la muestra inmersiva retrata la difícil cotidianidad y la incertidumbre que viven los familiares de personas desaparecidas.
Esta realidad vivida por miles de familias en todo el mundo es consecuencia de diferentes circunstancias críticas, como la violencia urbana, las catástrofes ambientales, los conflictos armados, las migraciones y otras crisis humanitarias.
Entre agosto de 2016 y mayo de 2019, Marizilda y el equipo del CICR visitaron viviendas en Curitiba, Fortaleza, Maceió, Río de Janeiro y San Pablo, donde escucharon las historias de padres, hijos, abuelos y tíos de personas desaparecidas, sobre cuyo paradero y la suerte que corrieron nunca recibieron respuesta.
Los retratos y testimonios que componen la muestra fueron editados en vídeo mapping por Rogério Costa especialmente para el espacio del museo cearense, a fin de que los visitantes de la exposición vivencien una experiencia de inmersión en el drama de los personajes.
Familia Almeida
Desde agosto de 2013, Mirian dos Santos Almeida no encuentra a su hijo Alison. "Mamá, que tengas una buena noche, un buen descanso. Mamá, te amo". Fue la última conversación de Mirian con su hijo, por teléfono, una noche como cualquier otra. Desde entonces, la familia Almeida busca a Alison en todo San Pablo. La familia se unió para insistir en la búsqueda, fortaleciéndose con otras familias del grupo "Mães da Sé" (Madres de Sé).
"Me alegra y reconforta cuando alguien me dice: "no te des por vencido, vas a encontrar a tu hijo, todo va a salir bien." Mirian dos Santos Almeida, madre de Alison Santos de Almeida, desaparecido.
Familia Campioto
Dalva y Carlos Campioto esperan desde 2007 una respuesta sobre el paradero de su hijo, Leonardo de Souza Campioto, que desapareció cuando tenía veintisiete años. La última vez que lo vieron, Leonardo jugaba con su hijo recién nacido en el sofá de su casa. Leonardo estaba desempleado y realizaba trabajos temporarios de flete. Una noche salió de su casa para hacer una entrega y no volvió. Desde entonces, la vida de los padres se transformó en la búsqueda de noticias sobre su hijo, una peregrinación constante entre comisarías, institutos médico-legales y abogados.
"Mi vida se detuvo, no fui más al médico, mi familia se desmoronó. Algunos días, me levanto y me siento débil y temblorosa. Entonces me dan un remedio para dormir, pero no duermo; a las tres de la mañana ya estoy despierta. Es una experiencia terrible, las veinticuatro horas pensando en él". Dalva Campioto, madre de Leonardo Campioto, desaparecido.
Familia Capistrano
Maria Carolina Capistrano espera, desde hace más de cuatro décadas, alguna información sobre lo sucedido a su marido, David Capistrano da Costa, quien desapareció junto con un amigo en marzo de 1974 y, desde entonces, sus familiares intentan conocer su paradero. Como Maria Carolina, sus dos hijas y su nieta también esperan el desenlace de esta historia. Cecilia Capistrano Bacha, nieta de David, cree en la importancia de continuar recopilando información sobre su abuelo. Cecilia dice que su familia recién comenzó a aceptar esta muerte a partir de la Ley de Amnistía de 1979, cuando, contrariamente a lo que se esperaba, su abuelo no volvió a su casa.
"Nuestra expectativa en relación con la búsqueda de personas desaparecidas tanto tiempo después es, evidentemente, lograr contar, cuanto antes, con la realidad de esta historia. Nuestro interés fue siempre difundir (la cuestión de la desaparición). Estamos hablando de esto hace más de cuarenta años." Maria Cristina Capistrano, hija de David Capistrano, desaparecido.
Familia Costa
El día del cumpleaños de Girliany Costa, el 21 de enero, y dos días antes de cumplir dieciocho años, Francisco Douglas Barros salió de su casa para bañarse en el dique cerca de la casa de su abuelo, en Itaitinga, en Ceará, y no volvió más. Desde entonces, busca incansablemente noticias de su hijo. Recorrió las redes sociales, donde sus palabras llegaron a sensibilizar a miles de personas. Douglas tiene dos hermanos y una hermana. La familia espera su vuelta. "Hay un cuarto que era solo de él, con cama, ventilador. Está todo allí, con la misma colcha y la misma almohada. Y no dejo que nadie entre", cuenta la madre.
"Cuando me despierto, intento no pensar que no está aquí. Es muy difícil. Es doloroso. Mi corazón se siente sin aire." Girliany Costa, madre de Francisco Douglas Barros, desaparecido.
"Extraño a mi hermano. No sé hasta cuando voy a sentir su falta. Pero ojalá que termine pronto, que encuentren pronto a mi hermano." Rhian Costa, nueve años, hermano de Francisco Douglas Barros, desaparecido.
Familia Cruz
Robson Roberto da Cruz, hijo de Leonardo da Cruz e Izilda Maria Pesolato, desapareció en junio de 2016, el día del cumpleaños de su madre. Diagnosticado con esquizofrenia, salió de su casa sin llevar nada más que lo puesto, y nunca más lo vieron. En mayo de 2018, la familia recibió un llamado: justo después de su desaparición, Robson fue socorrido por el servicio de rescate de San Pablo, estuvo hospitalizado un mes y luego falleció. Lo enterraron sin identificación o notificación a sus padres, que lo buscaban desde el primer día. Ahora la familia enfrenta dificultades para finalizar los trámites jurídicos y administrativos necesarios para garantizar una nueva sepultura y el merecido descanso de su hijo.
"¿Cuántos Robsons existen, cuántas personas desaparecidas? Veo a las personas que están en las Madres de Sé, las personas que tienen familiares desaparecidos. Nos sentimos abatidos, esto es muy embarazoso, torturante." Leonardo da Cruz, padre de Robson Roberto da Cruz, desaparecido, que fue localizado en 2018.
Familia Damasceno
Lucineide Damasceno busca una explicación sobre el paradero de su hijo Felipe desde noviembre de 2008, cuando salió de su casa en moto para visitar a un amigo y no volvió. Desde entonces, comenzó a sufrir ataques de pánico, especialmente en lugares con mucha gente, y enfrenta dificultades para que el caso de la desaparición de su hijo se investigue debidamente. Como una manera de recordarlo, se hizo un tatuaje en la espalda, un antiguo deseo de Felipe.
"Tenemos un 50% de posibilidades de encontrarlos vivos y un 50% de encontrarlos muertos. Pero no importa: el 100% es que van a venir hacia nosotros. Tenemos que estar preparados y necesitamos tener certeza sobre qué sucedió con nuestros desaparecidos. Aunque yo logre encontrar la verdad, no voy a dejar de ayudar a otras personas." Lucineide Damasceno, madre de Felipe Damasceno, desaparecido.
Familia Esperidião
La búsqueda de la hija de Fabiana Esperidião comenzó en la víspera de la Navidad de 1995. Fabiana Esperidião da Silva, en ese entonces de trece años de edad, había ido al cumpleaños de una amiga junto con una compañera de la misma edad. La casa de la cumpleañera quedaba a menos de trescientos metros de la suya. En el regreso, Fabiana se separó de la amiga y desde ese momento no se la vio más. La dificultad en encontrar apoyo e información llevó a Ivanise a fundar la Asociación Brasileña de Búsqueda y Defensa de Niños Desaparecidos en 1996, organización que se conoció más tarde como Madres de Sé.
"Cada día que pasa, cada año que pasa, el dolor aumenta. Es como si fuera una herida que se agranda. Si hubiera enterrado a mi hija, ya me habría acostumbrado a la idea de no verla más. Pero lo que me viene matando de a poco es no saber qué sucedió." Ivanise Esperidião, madre de Fabiana Esperidião, desaparecida.
Familia França
Lucila Maria França da Costa busca a su hermano Leonardo França da Costa desde octubre de 2013, cuando salió de Fortaleza para acompañar a un vecino camionero y desapareció en Divisa Alegre, Minas Gerais. Lucila inició la búsqueda de su hermano en el municipio minero y nunca más se detuvo. Frecuenta el Parque de los Niños hace cinco años para divulgar la desaparición de Leonardo en la sección "Desaparecidos" del noticiero Ceará TV. La espera de doña Antonieta França da Costa, de ochenta y un años de edad, por noticias de su hijo tampoco cesa. Pero el impacto para la familia es grande. Su padre, de quien Leonardo heredó el oficio de zapatero, falleció en 2018. Doña Antonieta guarda las herramientas a la espera de que su hijo regrese.
"Mucha gente dice que no cree que él esté vivo. Pero ahí pienso: yo sí lo creo. Un día va a volver. Y ahí vamos a saber bien lo que sucedió." Antonieta França da Costa, madre de Leonardo França da Costa, desaparecido.
"Un hermano desaparecido es una falta que siempre tenemos. Cuando vemos en la televisión que alguien encuentra a una persona desaparecida, nos ponemos felices. Porque pensamos así: un día nos toca a nosotros." Lucila Maria França da Costa, hermana de Leonardo França da Costa, desaparecido.
Familia Inácio
Debora Inácio busca a su hijo, Kaio, que desapareció en 2013, después de ir a una fiesta en la casa de amigos y dormir fuera de su casa. Llegó a hablar con Kaio por teléfono una última vez, cuando él le dijo que iría a solucionar algunos problemas y, desde entonces, no tuvo más noticias. Debora visitó comisarías, hospitales y morgues en busca de su hijo. Después de un largo período de depresión, encontró apoyo y logró enfrentar el trauma de regresar a la zona costera donde ocurrió la desaparición de Kaio.
"Vi ese mar y quise correr a abrazarte y decirte que me haces falta. Solo me queda la melancolía y la esperanza de poder decirle una vez más: Kaio, te amo." Débora Inácio, madre de Kaio Alves Inácio, desaparecido.
Familia Massena
João Massena Melo, ex-concejal y diputado por Río de Janeiro, desapareció en abril de 1974. Décadas después, el tema sigue como un tabú para la familia Massena, aunque todos coinciden en que está muerto. La desaparición de João Massena hizo que su familia comenzara a sentirse estigmatizada, generando un sufrimiento psicológico que atraviesa varias generaciones.
"Ellos (sus hijos) crecieron, todos se fueron y me quedé sola. Voy a llegar a los cien años y espero que para ese momento tengan alguna novedad sobre esta desaparición, alguna verdad para nosotros. Creo que cuando vivimos mucho tiempo en un lugar, echamos raíces. Nos apegamos a la casa, a los recuerdos. Este portón lo hizo João. Estaba allí en el frente, pero lo trajimos al jardín." Ecila Massena, esposa de João Massena, desaparecido.
Familia Miranda
El periodista y abogado Jayme Amorim Miranda desapareció en 1975; su esposa, Elza Miranda, quedó sola a cargo de la crianza de sus hijos. Fueron muchos años de dificultades. Como él no volvió después de la Ley de Amnistía, en 1979, la familia comenzó a creer que estaría muerto.
"Tengo el derecho de saber dónde fueron a parar los restos mortales de mi marido, ¿no? Mis hijos y yo, toda la familia, buscamos encontrar y rescatar esta historia, que es muy difícil. Porque, a fin de cuentas, pasé toda mi vida en esta lucha, siempre esperando noticias, siempre queriendo saber. Creo que es un derecho de todos." Elza Miranda, esposa de Jayme Amorim Miranda, desaparecido.
Familia Nascimento
Oriundo de Ceará e hijo del medio de una familia de doce hermanos, Teodomiro Bernardo dos Santos, vivía, al igual que buena parte de su familia, en los alrededores de San Pablo, donde se mudó en busca de oportunidades cuando aún era joven. En noviembre de 1995, mientras recibía atención psiquiátrica en un hospital de la ciudad, Teodomiro salió por la puerta del frente del establecimiento sanitario y su familia no lo vio nunca más. Inmediatamente después de su desaparición, todos los familiares se movilizaron para buscarlo. Con los años, su hermana Zélia dos Santos Nascimento, y en particular su cuñado, Valmir Nascimento, asumieron la misión de mantener la búsqueda, algo que realizan activamente.
"Sabemos que cuando una persona muere, ya no hay más remedio, pero cuando está desaparecida, no sabemos si come, si bebe, cómo duerme... Es desesperante." Valmir do Nascimento, cuñado de Teodomiro Bernardo dos Santos, desaparecido.
Familia Padilha
Vilma Teresa Padilha vive con la familia y sus mascotas en San Pablo. Tenía trece años de edad en 1972 cuando su padre, el camionero José Padilha Aguilar, desapareció. Desde entonces, lo buscan con recursos propios. Siempre que recibía alguna pista acerca de que el padre podría estar en algún lugar, viajaba por todo Brasil a buscarlo. Después de tantos años, nunca desistió de la búsqueda. Su principal interés y el de sus familiares es recibir una respuesta definitiva sobre la suerte y el paradero de su padre.
"Un día, a la mañana, fue a ver una pieza para el camión y nunca más volvió. ¿Tendré una respuesta algún día?". Vilma Padilha, hija de José Padilha, desaparecido.
Familia Santiago
Desde 2004, Maria Rodrigues Santiago, conocida como Cleide, busca a su hermano. José Ribamar Lopes Santiago desapareció a los cuarenta y cinco años de edad, un domingo que salió de su casa donde vivía solo, en Fortaleza.
"Salió a la mañana temprano y nadie más lo vio. Era querido, bromeaba mucho. Todo el mundo se preocupó mucho y salió a buscarlo", cuenta Cleide, la mayor de los dieciséis hermanos, quien está al frente de la búsqueda. Los últimos quince años pasamos nuestros días en una búsqueda incansable de José Ribamar. Cleide buscó información en hospitales y comisarias, pero fue en el noticiero Ceará TV, en la sección "Desaparecidos", donde encontró consuelo. Para ella, participar en las grabaciones del programa es un aliento por varias razones, pero principalmente porque alimenta la esperanza de encontrarlo y porque le permite conocer a otras personas. La hermana de José Ribamar cuenta que es más fácil sobrellevar el dolor con el apoyo de otras personas.
"Es terrible, porque nadie sabe si él está vivo o muerto. Entonces es difícil, muy triste. No hubo entierro ni nada para saber si está muerto." Maria Rodrigues Santiago (Cleide), hermana de José Ribamar Lopes Santiago, desaparecido.
Familia Silva Mesut
Grenaldo Erdmundo Mesut no conocía la historia de su padre, que desapareció en mayo de 1975, cuando tenía cuatro años de edad. Durante más de treinta años, nunca tuvo ninguna información sobre su padre, el marinero Grenaldo de Jesus Silva. Grenaldo Erdmundo recién comenzó a descubrir más sobre el tema cuando, años después, por casualidad, una pariente de su esposa vio un reportaje sobre su padre.
En el año 2000, Grenaldo comenzó a investigar y a descubrir la verdad sobre su padre, y aún hoy se emociona al hablar de él.
"Yo no sabía quién era mi padre. No tenía idea." Grenaldo Erdmundo da Silva Mesut, hijo de Grenaldo de Jesus Silva, desaparecido.
Familia Torigoe
El estudiante Hiroaki Torigoe desapareció en 1972. Sus padres, agricultores de Piracicaba, en San Pablo, buscaron a su hijo junto con las autoridades y obtuvieron la información de que estaría muerto. Pero nunca recibieron sus restos mortales. Los padres y abuelos no les contaron a los niños de la familia, como Naomi, de cinco años de edad en aquel momento, y Celia, un poco menor, sobre qué pasó realmente con su tío. El tema fue tabú durante años. Recién en la adolescencia, ellas supieron la verdad: que su tío había desaparecido.
"Ellos no nos contaban nada. No podían ni siquiera decir su nombre porque tenían miedo. Inclusive llamé a otros familiares, pero tampoco quieren (participar). Todos están muy molestos." Célia Torigoe, sobrina de Hiroaki Torigoe, desaparecido.
Familia Vasconcelos
Joel Vasconcelos Santos desapareció en 1971. Desde entonces, su madre, Elza, comenzó con la búsqueda de su hijo, una rutina que la acompañó hasta sus últimos días. Periódicamente, iba a los lugares donde Joel podría estar. Su hija, Altair, que hoy sigue con la búsqueda, era testigo de que su madre escribía cartas e iba a la plaza todos los días para clamar por información sobre Joel. Pero aun con toda esa movilización, sus familiares nunca recibieron ninguna información oficial sobre su paradero.
"Creo que el mejor recuerdo de mi hermano es hablar de mi madre. Ella escribió a todas las instituciones, a todas. ¡Le escribió al Papa! Mi madre era una persona que tenía cuarto grado del primario. Iba para Cinelandia con un cartel que decía: hoy hace tres días, hoy hace cuatro día, hoy hace 31 días, y así sucesivamente." Altair Vasconcelos, hermana de Joel Vasconcelos, desaparecido.
Familia Santos
Rodrigo Correia Santos está desaparecido hace más de siete años, desde un viernes de 2012 en que salió a trabajar y no volvió más. Rodrigo tenía 22 años de edad, era taxista y vivía con sus padres, Alberto Correia y Zuleide Santos, y sus tres hermanos. Desde ese día, la familia realiza una búsqueda incesante en barrios de San Pablo.
La madre de Rodrigo encontró resiliencia en la preocupación también por sus otros hijos: "Cuando iba a llorar subía a la terraza, para mostrarles mi sufrimiento. Hoy tenemos mucha fuerza, porque pensé: tenemos tres hijos más y, si nos damos por vencidos, no vamos a poder buscarlo ni cuidar a los otros hijos", cuenta Zuleide.
"La esperanza es lo último que se pierde y quiero encontrarlo en cualquier momento". Alberto Correia dos Santos, padre de Rodrigo Correia Santos, desaparecido.
Familia Wright
Hijo de misioneros estadounidenses, Paulo Stuart Wright fue diputado del Estado de Santa Catarina. Actuaba en un movimiento de izquierda y desapareció en 1973. Desde entonces, su familia busca saber su paradero.
"Entonces, la desaparición tiene algo interminable. Nos levantamos a la mañana pensando en eso, es algo constante. No tenemos la ceremonia del entierro. Entonces, tenemos a esa persona cerca de nosotros, y realmente necesitaríamos, por lo menos en mi caso y de las personas cercanas, que hubiera una ceremonia." João Paulo Wright, hijo de Paulo Stuart Wright, desaparecido.
Sobre la fotógrafa Marizilda Cruppe
De técnica mecánica y estudiante de Ingeniería a candidata a piloto de avión, Marizilda encontró su vocación en el fotoperiodismo. Trabajó en diversos medios de prensa y luego, como profesional independiente. Fundó un grupo con otras mujeres fotógrafas –EVE Photographers– que, durante cinco años, exhibió y publicó sus trabajos en diez países. Fue instructora de fotografía y participó en diversos concursos internacionales de fotografía. Entre ellos, el más importante y prestigioso concurso de periodismo gráfico mundial, el World Press Photo, en el cual fue jurado dos veces. Realizó fotografías para Greenpeace, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Médicos Sin Fronteras, Oxfam y el Banco Mundial. Colaboró con The New York Times, The Guardian, National Geographic France, The Global Post, Svenska Dagbladet, Expressen, Trip, TPM y GQ.
Sobre Rogério Costa
Rogério Costa es director artístico, diseñador, artista visual y responsable de la creación artística del vídeo mapping de la exposición "La falta que me haces". Artista que ha participado en cine, televisión, teatro, shows y eventos desde hace casi cuatro décadas, entre sus principales proyectos de videografismo y vídeo mapping, se destacan la creación del proyecto en gráfica en movimiento para la proyección en vídeo mapping del cubo de ecosistemas en el Museo del Mañana y la creación del videografismo de la Sala de las Radios en el Museo del Fútbol.
Sobre la exposición
"La falta que me haces"
Del 30 de agosto al 29 de septiembre de 2019
Martes a viernes: 9 a 19 h
Sábado y domingo: 14 a 21 h
Museo de la Cultura Cearense, del Centro Dragón del Mar de Arte y Cultura.
R. Dragão do Mar 81, Praia de Iracema - Fortaleza
Entrada gratuita.