Entrevista a Carina Ginaserra, cirujana de guerra argentina en Sudán del Sur

"Las historias de pacientes me emocionan". Entrevista a Carina Ginaserra, cirujana de guerra argentina en Sudán del Sur

La cirujana de guerra basada en Sudán del Sur, Carina Ginaserra, trabaja desde hace tres años con el CICR atendiendo pacientes heridos por conflictos. Ser cirujana de guerra en uno de los contextos más importantes de la organización representa muchas responsabilidades, así como también muchos desafíos, aprendizaje en terreno y una dedicación total. Carina es argentina y cuenta que un cuarto de los pacientes que recibe son mujeres, niñas y niños heridos en situaciones causadas por el conflicto armado no internacional y por la violencia armada.
Artículo 14 junio 2021 Sudán del Sur

¿Por qué decidió trabajar en una organización humanitaria como cirujana de guerra?

Quería poner mis conocimientos y mis capacidades a disposición de quienes más los necesitan. Como soy cirujana general y vengo de Argentina, tuve que aprender mucho para poder atender a los pacientes con heridas de guerra y para saber más sobre ese tipo de heridas y sus necesidades específicas. Los problemas de salud con los que uno se enfrenta en el ámbito de la cirugía humanitaria son complejos y requieren un compromiso en cuerpo, mente y alma.

La cirugía de guerra es una de las principales actividades del CICR en Sudán del Sur, un trabajo que requiere una especialización y enorme dedicación de cada profesional.
La cirugía de guerra es una de las principales actividades del CICR en Sudán del Sur, un trabajo que requiere una especialización y enorme dedicación de cada profesional. Foto: CICR

¿Sudán del Sur es su primera misión? De no ser así, cuéntenos sobre las anteriores.

Mi primera misión con el CICR fue en Maiduguri, Nigeria. Se trataba de una iniciativa con gran actividad, muchas emergencias y un número elevado de víctimas. Respondíamos a todas las necesidades quirúrgicas de las comunidades desplazadas que vivían en distintas zonas de la ciudad. Luego me trasladé a Goma, en la República Democrática del Congo. Allí atendíamos principalmente a personas con heridas de arma de fuego y de arma blanca. En este momento, trabajo en Juba, en Sudán del Sur; principalmente me ocupo de atender personas con heridas de armas que llegan desde todos los rincones del país. Un cuarto de los pacientes con heridas de arma de fuego son mujeres y niños víctimas del conflicto armado no internacional y la violencia que azota al país.

Una de las mayores preocupaciones de Carina cuando atiende pacientes es ayudar a estas personas a volver a tener una vida lo más normal posible.
Una de las mayores preocupaciones de Carina cuando atiende pacientes es ayudar a estas personas a volver a tener una vida lo más normal posible. Foto: CICR

¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta un cirujano de guerra en países afectados por conflictos?

El principal desafío es tratar de alcanzar los mejores resultados funcionales en las personas heridas. Esas personas deben volver a su vida habitual después de sufrir una herida devastadora. En muchos casos, las heridas cambian la vida del que las sufre, por ejemplo, si el paciente queda con una discapacidad. Está en mis manos hacer todo lo posible para reducir el impacto de la herida que ha recibido. En Sudán del Sur, tras décadas de conflicto, el acceso a la asistencia de salud sigue siendo muy limitado. Muchos de los pacientes de las dos unidades quirúrgicas que reciben el apoyo del CICR, el Hospital Militar de Juba y el Hospital del Condado de Akobo, llegan tres o cuatro días después de haber sido heridos, lo que aumenta el riesgo de infección y de complicaciones. Las complicaciones nunca ocurrirían si las comunidades tuvieran mejor acceso a la asistencia sanitaria. En 2020, entre enero y diciembre, tratamos a 438 pacientes con heridas de arma de fuego en las unidades quirúrgicas que reciben apoyo del CICR. Entre enero y marzo de 2021, atendimos a 124 pacientes con heridas de ese tipo.

Sólo en 2020, 438 pacientes con heridas causadas por armas de fuego fueron atendidos por el CICR. Muchos pacientes viven en zonas sin acceso a atención sanitaria y necesitan ser evacuados a hospitales cercanos, incluso en avión o helicóptero.
Sólo en 2020, 438 pacientes con heridas causadas por armas de fuego fueron atendidos por el CICR. Muchos pacientes viven en zonas sin acceso a atención sanitaria y necesitan ser evacuados a hospitales cercanos, incluso en avión o helicóptero. Foto: CICR

¿Cuáles son las principales necesidades de los pacientes a los que asiste?

Después de décadas de guerra, las comunidades de Sudán del Sur hacen frente a muchas dificultades al mismo tiempo. Las consecuencias humanitarias de los ciclos de conflicto y violencia armada imponen limitaciones e impiden que las familias y las comunidades en el país más joven del mundo puedan planificar y ser dueñas de su futuro. Debido al conflicto y la violencia armada, las personas padecen el desplazamiento más de una vez, lo que les impide producir los alimentos que consumen. Sus propiedades son saqueadas y sus casas, incendiadas. Muchos mueren o reciben heridas. Viven en zonas alejadas donde no tienen acceso al agua potable ni a los servicios básicos, como la asistencia de salud y la educación. Se calcula que alrededor del 65% de las mujeres y las niñas del país han sobrevivido a la violencia sexual basada en el género.

Para que las familias puedan rehacer su vida y recuperar sus medios de subsistencia, necesitan una paz duradera y la seguridad y la estabilidad necesarias para criar a sus hijos y vivir su vida, sin tener que ver que sus seres queridos mueren como consecuencia del conflicto y la violencia armada o por falta de acceso a los cuidados médicos.

Carina y Jacques posan para una selfie. "Tiene la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida ”. El niño fue operado en una situación grave debido a una puñalada en el pecho.
Carina y Jacques posan para una selfie. "Tiene la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida ”. El niño fue operado en una situación grave debido a una puñalada en el pecho. Foto: CICR

¿En qué piensa cuando va a trabajar? Es decir, ¿qué la motiva o qué la atemoriza?

Cuando me dirijo al trabajo, pienso en que quiero que los pacientes se recuperen. Me atemoriza encontrarme con complicaciones o con un resultado negativo inesperado. Pero lo que más miedo me da es que mi capacidad y mi voluntad no alcancen para ayudar a los pacientes como yo quisiera.

Carina atiende un paciente junto a su equipo.
Carina atiende un paciente junto a su equipo. Foto: CICR

Cuéntenos una historia o un momento inspirador de su labor con los pacientes. (O una historia de alguno de los pacientes con los que se haya tomado una foto.)

Me vienen a la mente muchas historias emocionantes. Aunque como cirujana, no debería emocionarme.

Jacques es un joven de 18 años que llegó al hospital de Goma, en la República Democrática del Congo, con una herida punzante en el pecho. Llegó a las 2 de la mañana y tuvimos que ir de urgencia al hospital. Teníamos que operarlo sin demora. Con Natalie (la anestesista) estábamos confiadas, pero con mucho miedo. La situación era complicada, y teníamos miedo de lo que pudiera pasar. La herida llegaba hasta el ventrículo derecho del paciente. Tuve que dar puntadas a un corazón que latía por primera vez en mi carrera.

La intervención fue difícil, pero terminó bien. Al día siguiente, supimos que la puñalada también había perforado el tabique que separa ambos ventrículos y el paciente sufrió un edema pulmonar. Era una clase de herida que es imposible de tratar en el terreno. Con tiempo y esfuerzo de su parte, Jacques mejoró y regresó a su casa con una enfermedad cardíaca que necesita medicación. El joven de la foto es Jacques. Es un chico muy dulce, tímido y respetuoso, con la sonrisa más bonita que yo haya visto jamás.

El CICR ha estado presente durante 40 años en lo que en la actualidad es Sudán del Sur. La operación de Sudán del Sur es una de las más importantes del CICR en el mundo. Consta de programas para mejorar el acceso a la asistencia de salud y al agua, responder a las necesidades inmediatas y de largo plazo de las comunidades distribuyendo alimentos, artículos esenciales y apoyando iniciativas microeconómicas; fortaleciendo la dignidad y la protección de las víctimas del conflicto y la violencia armada; entablando el diálogo con los portadores de armas para fomentar el conocimiento y el respeto del derecho; y fortaleciendo la capacidad de la Cruz Roja de Sudán del Sur de responder a las necesidades humanitarias. Cuenta con más de 1000 colaboradores en todo el territorio y con un presupuesto anual de 120 millones de francos suizos para 2021. Se encarga de dar respuesta de emergencia a las comunidades afectadas por el conflicto y la violencia armada y ayuda a las familias que regresan a sus hogares fortaleciendo su resiliencia, reconstruyendo sus vidas y recuperando sus medios de subsistencia. Entre enero y diciembre de 2020, el CICR distribuyó semillas (cereales y vegetales) y herramientas agrícolas entre 416.358 personas residentes en 9 de los 10 estados que conforman Sudán del Sur. El CICR atendió 408.938 consultas para mejorar el acceso a la salud en las comunidades, asistió a 438 pacientes con heridas de arma de fuego, mejoró el acceso al agua de más de 93.000 personas, reunió a 155 personas vulnerables separadas por el conflicto y la violencia armada y visitó a más de 5900 personas detenidas. 

416.358
personas en nueve de los diez estados recibieron herramientas agrícolas en 2020.
408.938
fueron consultadas para mejorar el acceso a la atención en salud en las comunidades en 2020.
438
pacientes con heridas causadas por armas de fuego fueron atendidos en 2020.
155
personas en situación de vulnerabilidad que estaban separadas por el conflicto y por la violencia armada fueron reunidas con sus familiares en 2020.
5,9 mil
personas detenidas fueron visitadas en 2020.