República de Moldova: los niños expresan sus esperanzas y temores para el futuro
En una fría mañana de invierno en la ciudad de Bender, en la región de Transnistria, un grupo de niños de entre seis y diez años de edad se sorprendieron —y, al principio, se resistieron— cuando se les entregaron lápices y se les pidió que dibujaran.
"¡No voy a dibujar nada!", sentenció un pequeño llamado "L".
No obstante, de a poco, se fueron amigando con la idea. Al finalizar la jornada, L. había dibujado más que todos los demás. Tras esa primera sesión, se corrió la voz entre los pequeños de que esas personas del CICR no eran tan malas... y el ambiente en las siguientes sesiones fue mucho más ameno.
A partir de febrero de 2023 y durante los siguientes tres meses, se organizaron diez sesiones de apoyo psicosocial en la región de Transnistria, que contaron con el apoyo de la filial de Bender de la Cruz Roja de Moldova. Cerca de 80 niños —tanto de las comunidades de acogida como de las familias que habían huido del conflicto armado internacional en Ucrania— participaron en las sesiones.
Soñar con el futuro
Los niños describieron gráficamente los momentos más felices y tristes de su vida. Cuando se les pidió que escribieran cartas a su yo futuro, afloraron las más variadas emociones y preocupaciones: desde la importancia de la familia a las comodidades materiales, pasando por el miedo a los enemigos y la añoranza de un amigo que estaba lejos. Algunos esperaban que les fuera mejor en la escuela, perfeccionar una habilidad o montar un negocio con 100 lei. Otros tan solo soñaban con volver a casa. Algunas de las cartas tenían varias frases; otras, apenas una línea.
En un primer momento, muchos no querían leer sus cartas al grupo.
Sin embargo, pese a su escepticismo inicial, la mayoría terminó por leerlas en voz alta. Los que sentían más ansiedad y miedo necesitaron más atención para poder hacerlo.
Como dijeron los propios niños, para ellos era importante "contar los secretos que nunca le habían confiado a nadie".
Una vez que la conversación comenzó a fluir, los papeles se invirtieron y ¡fueron ellos quienes aconsejaron al equipo del CICR! El hecho de leer las cartas en voz alta presagiaba algo malo. Afirmaban: "¡Si dices tu deseo en voz alta, no se cumplirá!".
Formación de voluntarios para aumentar el apoyo
Las sesiones tuvieron tanto éxito que el equipo de asistencia en salud mental y apoyo psicosocial del CICR en Chisinau decidió apoyar la capacitación de las filiales de la Cruz Roja de Moldova en Balti —en el norte del país— y Bender. Se eligieron dos facilitadores de cada filial para planificar, organizar y supervisar las actividades de apoyo psicosocial a cargo de voluntarios dirigidas a la comunidad local, incluidas las personas que habían huido de Ucrania.
Los voluntarios recibieron formación con el objetivo de identificar los factores que influyen en el bienestar psicosocial de las personas afectadas por conflictos armados, reconocer los síntomas psicológicos, saber cuándo y adónde derivar a las personas a los servicios correspondientes, y aprender a moderar debates grupales y a organizar actividades tanto de divulgación como de educación psicosocial para niños y adultos. En total, las dos sesiones de formación contaron con la participación de 33 voluntarios: psicólogos, trabajadores sociales, profesores de Psicología, estudiantes y funcionarios del Gobierno local.
Cuando finalizó la formación, el CICR reunió un grupo focal para conocer de primera mano la experiencia de quienes habían huido a República de Moldova desde Ucrania. Se preguntó a los participantes qué necesitaban y si tenían acceso a servicios de salud mental.
