República Democrática del Congo: los civiles están en la línea de fuego, mientras el uso de armas pesadas marca una nueva fase del conflicto armado en el este

República Democrática del Congo: los civiles están en la línea de fuego, mientras el uso de armas pesadas marca una nueva fase del conflicto armado en el este

Goma (CICR) – "Un aumento drástico en la cantidad de heridos civiles por armas pesadas en el este de la República Democrática del Congo amenaza con saturar las instalaciones de salud que ya están teniendo dificultades para brindar asistencia, lo que podría empeorar aún más una de las crisis humanitarias más grandes y complejas del mundo" – fue la advertencia de Robert Mardini, director general del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), durante su visita de cinco días al país.
Comunicado de prensa 06 marzo 2024 Crisis en República Democrática del Congo

"Lo que estamos viendo ahora en el este del país es en muchas formas inédito y extremadamente preocupante. Debido al último recrudecimiento de las hostilidades a comienzos de febrero, cientos de civiles con heridas graves, muchos de ellos mujeres y niños, han llegado continuamente a las instalaciones de salud en Kivu Norte, un 40 % de ellos víctimas de bombardeos y otras armas pesadas empleadas en zonas urbanas densamente pobladas. Esta nueva dinámica se suma al profundo sufrimiento de grandes cantidades de civiles que ya están devastados a causa de décadas de conflicto armado", expresó Mardini.

En virtud del derecho internacional humanitario, las partes en un conflicto armado tienen la responsabilidad de proteger a las personas y la infraestructura civiles y deben tomar todas las precauciones factibles para protegerlas contra todo daño.

"Es muy probable que el empleo de armas explosivas en zonas pobladas –incluido en las proximidades de los campamentos de desplazados– tenga efectos indiscriminados, es decir, que puede causar heridas y muertes civiles. Es justamente lo que vemos que está ocurriendo en Kivu Norte, con consecuencias devastadoras", agregó Mardini.

En las últimas semanas, se han intensificado los enfrentamientos entre las fuerzas estatales de República Democrática del Congo y el grupo armado M23, el de mayor predominancia entre más de 100 grupos armados en actividad, según se ha informado, en esta región de importancia estratégica y rica en recursos, que ha sido el epicentro de numerosos conflictos armados desde la década de 1990.

Las consecuencias recaen sobre las personas civiles, con más de 7 millones desplazadas de sus hogares, muchas de ellas en múltiples ocasiones, y 2,5 millones solo en Kivu Norte.

La complejidad de las dificultades humanitarias queda en clara evidencia en el hospital Ndosho, que cuenta con el apoyo del CICR y está ubicado en Goma, la capital de la provincia de Kivu Norte. Con una afluencia diaria de personas civiles heridas –muchas de las cuales son niños– el hospital ha duplicado su capacidad normal con más de 130 camas, muchas de ellas en carpas.

Los pacientes llegan a bordo de la parte trasera de motocicletas o en transporte público desde zonas afectadas por el conflicto en los alrededores de la ciudad de Sake, a solo 25 kilómetros, a menudo escapando sin ninguna pertenencia y separados de sus familias. Son cada vez más los que presentan heridas muy graves que necesitan cirugía y amputaciones. Algunos pacientes mueren intentando llegar al hospital.

En un pabellón, una madre joven –visiblemente traumatizada– intenta calmar a su hija de cuatro años que ha sufrido heridas causadas por metralla en la cara y el cuerpo. Sus otros dos hijos murieron cuando su hogar en Sake fue atacado. Otra mujer, cuya pierna tuvo que ser amputada luego de un ataque al campamento de desplazados en el que vivía cerca de Sake, también perdió a dos de sus hijos. A unos pasos, una niña de cinco años que vio morir a su madre y sufrió ella misma heridas graves, yace inmóvil y en silencio. Y así hay otras docenas de personas con historias terribles.

Hay otras heridas que permanecen ocultas en gran medida. La violencia sexual y por motivos de género se ha tornado endémica durante los numerosos conflictos en República Democrática del Congo y es una gran preocupación en esta etapa actual. Muchos casos nunca se denuncian por miedo a la estigmatización o las represalias, por lo que no hay claridad sobre la dimensión total del problema. Los psicólogos capacitados por el CICR prestan apoyo en salud mental y psicosocial, pero las necesidades superan ampliamente la limitada capacidad de respuesta.

Entre las personas que se recuperan en el hospital de traumas físicos y mentales también hay niños que han sido combatientes. Un niño de quince años, que fue reclutado por un grupo armado, ahora quiere con desesperación regresar a casa y a la escuela, pero tiene miedo de ser rechazado por su familia. El reclutamiento de niños en las fuerzas combatientes es una de las principales preocupaciones: según registros de las Naciones Unidas, se incrementó en un 45 por ciento en los primeros seis meses de 2023 comparado con el año anterior.

"Es realmente angustiante ver los niveles de sufrimiento en este lugar, y es solo una pequeña muestra de la dimensión y la complejidad de los desafíos humanitarios en el país", expresó Mardini en el hospital Ndosho. "Somos testigos de una crisis de protección a gran escala, una crisis evitable".

"Si bien la respuesta humanitaria es vital, está claro que no es la solución. Por nuestra parte, el CICR trabaja estrechamente con la Cruz Roja de la República Democrática del Congo para brindar protección y asistencia a las personas afectadas por el conflicto armado mediante, por ejemplo, el fortalecimiento de los servicios de asistencia física y mental para personas heridas, enfermas y traumatizadas; la mejora del abastecimiento de agua y del saneamiento; la reunión de familiares.

Sin embargo, la única manera, y la más eficaz, de reducir el sufrimiento del que somos testigos es que las partes en el conflicto armado cumplan su obligación de proteger a las personas civiles en virtud del derecho internacional humanitario. Les solicitamos que lo hagan con carácter sumamente urgente", agregó Mardini. "De lo contrario, el futuro será desolador para millones de congoleños que llevan toda su vida padeciendo la guerra".

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