Sri Lanka: historia de un equipo

26 agosto 2015
Sri Lanka: historia de un equipo
El equipo que viajó al terreno, listo para comenzar su misión.

En noviembre, un equipo formado por ocho jóvenes colaboradores locales del CICR inició un viaje que los llevaría a recorrer todo Sri Lanka.

Su misión era localizar a 375 familias (de un total de 16.000) con familiares desaparecidos durante el conflicto que afectó al país y, junto con cada una de ellas, completar un cuestionario para evaluar sus necesidades económicas, psicosociales, jurídicas y administrativas.

Los resultados, basados en esta muestra, se utilizarían para producir un informe confidencial destinado a ayudar a las autoridades públicas a encarar las necesidades de esas familias.

Para la mayor parte de los miembros del equipo, ésta era su primera misión, su primera incursión en la acción humanitaria con el CICR.

La misión parecía sencilla. Sin embargo, el equipo pronto se dio cuenta de que todo era mucho más complicado.

Escuchar a los familiares de los desaparecidos

Al tomar conciencia de que trataban con las víctimas de un conflicto, tuvieron que aprender a solidarizarse con ellas y comprender sus sufrimientos. También tuvieron que superar un sentimiento de impotencia personal.

Thivya, miembro del equipo, dice: "Uno tiene ganas de ayudar a esas familias a hallar una solución inmediata, pero es un proceso prolongado. Las familias no lo comprenden; piensan que el CICR va a encontrar a su familiar desaparecido".

"Debemos decirles que no tenemos noticias de sus seres queridos y nunca es fácil hacerlo", reflexiona Sachini, también miembro del equipo.

Una madre relata a Abi y a Sharmini cómo desapareció su hijo. CC BY-NC-ND / CICR / Tuan Zaharan

La "visión global" del problema y el hecho de contribuir, aun en pequeña medida, a brindar a las familias la respuesta que necesitan motivaron al equipo a proseguir su labor.

Ocho meses después, el equipo había recorrido todo Sri Lanka y realizado 390 evaluaciones. Localizar a las familias, que en muchos casos no residían en la dirección registrada sino en otros lugares, debido al desplazamiento y al reasentamiento posterior al conflicto, resultó ser una tarea problemática.

Escucharon relatos desgarradores y a veces lloraron junto con los familiares.

"Su fuerza y el modo en que han luchado para superar sus dolorosas experiencias nos han dado una lección de humildad y han sido una fuente de inspiración para todos nosotros", dice Nadiya. El equipo se hace eco de sus sentimientos.

Todos admiten que esta experiencia los ha hecho "madurar".

Mirando hacia el futuro, Abiramy dice: "Quiero ver el resultado del informe y saber qué podremos aportar a las familias".