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Uganda: un panel solar que ayuda a salvar vidas

La vida entre rejas, con acceso limitado a una atención sanitaria adecuada, es insoportable. Sin embargo, algo tan pequeño como un panel solar a veces es suficiente para marcar la diferencia. En Uganda y en otros lugares, el CICR se esfuerza por mejorar las condiciones de vida de los detenidos.

El recluso, un hombre fornido con pantalón corto amarillo y camiseta, se recuesta en la silla del paciente y sonríe mientras habla con un miembro del personal sanitario durante un examen de rutina.

La escena tiene lugar en la cárcel de Katojjo, en Fort Portal, Uganda occidental. El recluso, que tiene el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y en el pasado sobrevivió a una tuberculosis, no puede ocultar su satisfacción por su estado de salud actual: "No morí", exclama con rotundidad. "Tengo energía y espero poder cumplir mi condena con salud y marcharme", añade. Este recluso, que sobrevivió a una lucha de diez meses con medicación para tratar la tuberculosis, puede ahora sonreír con alegría mientras continúa su batalla contra el VIH.

Salvado por el sol

En otras circunstancias, su estado, como el de otros reclusos, habría sido distinto. Hasta 2012, los frecuentes cortes de luz impedían que el personal médico pudiera hacer estudios cruciales. Esto ocasionaba un retraso de días e incluso semanas en el proceso para decidir si había que dar a los pacientes medicamentos que necesitaban con urgencia. Desde entonces, el CICR ha instalado un panel solar en el centro de salud que presta servicios a la cárcel. Esta medida, parte de los esfuerzos de la Institución por contribuir a mejorar las condiciones de salud de los detenidos, ha garantizado al centro de salud un suministro eléctrico sin interrupciones.

Los cortes de luz nocturnos impedían la provisión de servicios de salud en el centro, que atiende también a la comunidad cercana. Esto dificultaba en gran medida las tareas como atender a las mujeres durante el parto.

Ibrahim Yakubu, el oficial a cargo del centro de salud de Katojjo, señala: "Te das cuenta de que el momento en el que se corta la luz es justo cuando tienes que hacer algunos estudios, y los resultados se necesitan inmediatamente. Debido a la falta de electricidad no puedes dar los resultados y tienes que esperar, y algunas muestras pueden estropearse".

Daniel Mutaka, un oficial de enfermería de la cárcel, añade: "A diario, damos orientación sobre el VIH y el sida y, cuando comprobamos que una persona tiene VIH, hacemos un recuento de CD4 (para establecer cuánto daño ha hecho el virus a su sistema inmune), lo cual requiere electricidad". Hacer un recuento del CD4 de un paciente una vez que sus análisis dan positivo por VIH era clave, porque de esa forma se definía luego lo rápido que se le suministraban fármacos antirretrovirales.

Un recluso de la cárcel de Katojjo habla con Daniel Mutaka, oficial de enfermería de la cárcel. CC BY-NC-ND/CICR/J. K. Abimanyi

La energía solar se activa inmediatamente

Yakubu afirma: "Ahora no esperamos. Cuando se corta la luz, podemos seguir trabajando gracias al panel solar. Y, por cómo se ha configurado, cuando se corta la luz seguimos las tareas sin interrupciones. El microscopio funciona, el refrigerador funciona, el aparato Pima para el recuento de CD4 todavía funciona". Gracias a todo esto, el personal médico puede prestar servicios a diario a 50 detenidos y a 30 pacientes de la comunidad cercana.

El panel solar se instaló en 2012, como parte de una acción del CICR en las cárceles de Luzira, Gulu y Katojjo. El objetivo era mejorar la atención sanitaria que recibían los detenidos con tuberculosis, malaria y VIH/sida. El CICR trabaja para mejorar las condiciones de vida de las personas en los lugares de detención y el trato que reciben. En 2014, la Institución visitó a 13.000 detenidos en 51 lugares de detención en Uganda.

El vicesuperintendente de Cárceles Innocent Majeme, que está a cargo de la cárcel de Katojjo, señala: "Además del panel, el CICR nos ayudó a renovar lo que era en otra época la sección de mujeres y a convertirla en una enfermería para ayudarnos a hacer frente a los problemas de salud dentro de la cárcel. Tenemos una sección de aislamiento para casos de tuberculosis y un laboratorio casi completo en el que hacemos análisis como el recuento de CD4 para quienes dan positivo por VIH".

Camilla Matteucci, la coordinadora de Protección de la Institución en Uganda, afirma: "Las soluciones a pequeña escala de problemas prácticos como la falta de fiabilidad del suministro eléctrico han hecho mucho por garantizar la continuidad de los servicios y, con ella, el impacto positivo general para la población carcelaria".

En lo que respecta al recluso, su estado de salud actual está muy lejos del estado lamentable en el que supo estar. "Lo cierto es que la ayuda que recibí fue buena porque, visto el dolor que tenía, iba directo hacia la muerte. Pero, por cómo me ayudaron, no morí", señala.

El Centro de Salud Katojjo III, justo al lado de las instalaciones de la cárcel, donde se encuentra el panel solar. CC BY-NC-ND/CICR/J. K. Abimanyi