Además de ser voluntarios en la Cruz Roja Venezolana, Jaixina, Elizabeth, José y Gisselle tienen algo en común, sus vidas cambiaron drásticamente debido al coronavirus. “Sabemos que cada día corremos el riesgo de enfermarnos en nuestra labor, pero aquí seguimos porque sabemos que, si no estuviésemos presentes, muchas personas estarían pasando por momentos muy difíciles y por eso tratamos de aliviar su sufrimiento “. Diariamente, ellos y otros 82 voluntarios prestan su servicio en los albergues donde más de 15 000 personas que han regresado a Venezuela por Guasdualito, en el estado Apure, cumplen la cuarentena obligatoria antes de poder continuar su camino a casa en otras zonas del país.