El devastador impacto de la violencia sexual
Si bien la violencia sexual está prohibida en marcos jurídicos internos e internacionales, sigue siendo un problema generalizado y frecuente en conflictos armados y otras situaciones de violencia, así como en lugares de detención y en rutas migratorias. En conflictos armados, se suelen utilizar medios tácticos o estratégicos para abrumar y debilitar a la parte adversaria atacando a la población civil. La inmensa mayoría de las víctimas son mujeres, niñas y minorías sexuales y de género. Sin embargo, también pueden ser hombres y niños, que corren mayor riesgo si cargan con algún estigma social o si están detenidos. En definitiva, la violencia sexual constituye un crimen de lesa humanidad, un crimen de guerra, una forma de tortura y un potencial acto de genocidio. Puede tener consecuencias graves y rara vez es un problema aislado.