Página archivada:puede contener información desactualizada

Las mujeres en Irak: "Es como vivir en una gran cárcel"

27-02-2007 Reportaje

La situación de las mujeres en Irak causa creciente preocupación, mientras, en una atmósfera de intimidación y opresión generalizadas, se multiplican los informes sobre asesinatos, violaciones y secuestros. Tres mujeres iraquíes opinan sobre cómo se vive bajo la amenaza de la violencia.

  (Los nombres de las entrevistadas han sido cambiados. "Leyla" es de Anbar, y desempeña un papel activo en las organizaciones que defienden los derechos de la mujer. "Amina" dirige, en Bagdad, una asociación humanitaria que ayuda a los huérfanos y a las personas sin techo."Mona" es funcionaria pública en Basora. Las tres tomaron parte en una conferencia sobre las necesidades de las mujeres en los conflictos, celebrada en diciembre de 2006, en Ammán).  

     

  ¿Qué repercusiones ha tenido la guerra en las mujeres iraquíes?  

  Leyla: El conflicto interno ha tenido efectos directos e indirectos en las mujeres. Como efecto directo de lo que está ocurriendo en el país, la mujer iraquí ha perdido, en cierta medida, su identidad y su categoría social. Por ejemplo, las mujeres miembros del Parlamento no pueden asumir plenamente sus cargos y funciones; simplemente, representan los números que eran necesarios para llenar y promover las listas de los candidatos en las elecciones.

Los efectos directos e indirectos en las mujeres no pueden separarse de la situación general, en particular de la brecha entre las sectas. En sólo un mes, hubo 500 divorcios forzosos, solamente porque los esposos y las esposas pertenecían a sectas diferentes.

  Amina: El conflicto ha tenido en las mujeres un impacto material y moral directo. Los despl azamientos, asesinatos, secuestros y violaciones han creado una atmósfera de terror y ansiedad. Para colmo, está el miedo de perder familiares a causa de todos esos peligros y amenazas. No obstante, la situación tiene un aspecto positivo, en el sentido de que se ha acrecentado la importancia de la familia y los vínculos familiares.

La violencia sectaria también ha afectado mucho la situación social de la mujer iraquí. Ha crecido la tasa de divorcios, con su secuela de daños materiales y psicológicos para las mujeres. La mujer iraquí se siente como si estuviera en una gran cárcel. Además, la situación financiera y económica de los hombres se ha deteriorado, sobre todo a causa del desempleo, lo cual agrava la carga de las mujeres.

  Mona: Los conflictos internos se generan en el interior de la sociedad. A menudo, son causados por la inseguridad general y por las intervenciones externas. Creo que el problema en Irak es transitorio. Esperemos que, con el tiempo y con la decisión del pueblo iraquí de reconstruir su país, el conflicto llegue a su fin.

  ¿Cómo encaran la situación las mujeres iraquíes? ¿Pueden ayudarse entre ellas?  

     

  Amina: Por mi parte, quise contribuir a mitigar el sufrimiento de los iraquíes en general y de las mujeres en particular. Por esa razón, decidí crear un refugio para huérfanos. Logré reunir a niños de diferentes sectas y religiones (sunnitas, chiítas, cristianos) para que, de algún modo, el refugio representase a Irak en toda su diversidad religiosa.

Con esta actividad, también deseaba destacar el hecho de que la religión es para Dios y nuestro país es para todos nosotros, y que la gente puede convivi r sin perder su

identidad y su individualidad.

  Mona: Las familias viven con miedo de lo que pueda pasarles a sus miembros. Pero, como individuos que vivimos en nuestra sociedad, no hablamos de lo que ocurre. En estas circunstancias, la mujer es incapaz de actuar, a menos que mejore la situación.

  Leyla: Aunque, actualmente, la mujer iraquí se encuentra en una situación de impotencia, sigue brindando ayuda económica y cultural siempre que puede. Por ejemplo, yo pude ayudar a 600 familias desplazadas con socorros proporcionados por el CICR.

En Irak, las mujeres también pueden contribuir a difundir los valores religiosos de una manera correcta. Hoy, este aspecto es de particular importancia, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos medios de comunicación han ignorado por completo a la mujer iraquí y sus padecimientos, sobre todo en Bagdad, pero sí han llamado la atención sobre el sectarismo.

  ¿Cómo ven el futuro de las mujeres iraquíes?  

     

  Mona: Las mujeres iraquíes han dado pruebas de su gran potencial. Pero todas las historias trágicas que hemos escuchado acerca de ellas no alcanzan a reflejar cabalmente la realidad, que es mucho, mucho peor.

  Leyla: No tengo una visión clara sobre el futuro de las mujeres iraquíes. En Anbar, no sufrimos la violencia sectaria o doméstica contra la mujer, gracias a la índole de la comunidad, que está formada por tribus y familias estrechamente interrelacionadas.

  Amina: Para mí, el futuro de las mujeres iraquíes será luminoso y positivo, pero sólo cuando termine la tragedia que estamos atravesando y desaparezcan todas las milicias. La mujer iraquí es fuerte y ha logrado sobrellevar las pruebas que le impuso la historia, sobre todo ayudando a otras personas a recuperar la humanidad y la confianza en sí mismas.