Renunciar a la prohibición de las municiones en racimo representa un peligro mortal para las personas civiles y debilita el DIH

El CICR lamenta profundamente el retiro de Lituania de la Convención sobre Municiones en Racimo, efectivo a partir de hoy. En zonas afectadas por conflictos armados, las municiones en racimo provocan muerte y heridas a personas civiles, y daños a viviendas, hospitales y escuelas. Asimismo, dejan un legado mortal de submuniciones sin estallar. La reincorporación de municiones en racimo en cualquier arsenal militar puede tornarlo más peligroso aún. El hecho de retirarse de cualquier tratado humanitario debilita las protecciones humanitarias vitales en la guerra y erosiona las bases del DIH.
Las municiones en racimo causan un daño inaceptable. Esparcen grandes cantidades de submuniciones explosivas por miles de metros cuadrados, que en muchos casos impactan muy lejos de la zona de ataque prevista. Asimismo, es habitual que las submuniciones no logren detonarse, lo que deja barrios urbanos, bosques y campos contaminados con municiones mortales sin estallar.
Casi en todos los contextos en los que se han usado municiones en racimo en las últimas décadas —desde Afganistán hasta Yemen y desde Laos hasta Líbano— el costo para la población civil ha sido alto, tanto durante los enfrentamientos como una vez finalizadas las operaciones militares. La presencia de restos explosivos de municiones en racimo supone una grave amenaza para todos, desde los habitantes de las ciudades cuando revisan los escombros de las casas destruidas hasta los pastores cuando cuidan de sus rebaños. Impide que las familias desplazadas regresen a sus hogares en condiciones seguras, así como el acceso a hospitales y escuelas, y obstaculiza la reconstrucción de infraestructura vital como carreteras, bombas de agua y centrales eléctricas.
Los niños son particularmente vulnerables a este fenómeno. A veces, estos dispositivos pequeños se pintan con colores vivos y se los acompaña de una cinta, lo que los torna atractivos para jugar, pero pueden detonarse ante la más leve alteración, y cobrarse vidas jóvenes. Quienes sobreviven tienen un largo camino hacia la recuperación. Algunos nunca vuelven a caminar. Según el último informe de seguimiento de municiones en racimo, casi la mitad (47 %) de todas las víctimas de restos de estas municiones en 2023 fueron niños.
La remoción de submuniciones sin estallar es complicada y peligrosa. Todos los años, quienes trabajan en la eliminación de la amenaza que suponen estos dispositivos ultrasensibles mueren o sufren mutilaciones. Las comunidades suelen tardar años, incluso décadas, en deshacerse de este peligro. Hace dos años, Bosnia y Herzegovina declaró estar libre de municiones en racimo, casi 30 años después de la finalización de la guerra. La población civil continúa pagando un alto costo dado que estas municiones siguen usándose, incluso en el conflicto armado Rusia-Ucrania.
Con el objetivo de poner fin al sufrimiento y a las víctimas producto de la atrocidad de estas armas, 124 Estados firmaron la Convención sobre Municiones en Racimo y 123 continúan obligadas por ella en la actualidad. Se aprobó en 2008 y prohíbe emplear, almacenar, producir y transferir municiones en racimo. Este tratado humanitario emblemático ha ayudado a salvar innumerables vidas. Los Estados Partes han destruido más de un millón de municiones en racimo almacenadas y han limpiado vastas superficies de terreno que pueden devolverse de manera segura para el uso productivo de las comunidades.
El CICR, y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en general, tienen una larga trayectoria de apoyo a la prohibición de las municiones en racimo. Muchos voluntarios y empleados de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han sido testigos de los efectos de estas armas en primera persona debido a su trabajo en la prevención de accidentes y la asistencia a sobrevivientes.
El retiro de Lituania de la Convención sobre Municiones en Racimo no tiene precedentes, ya que se trata del primer país en denunciar un tratado humanitario mundial. El CICR lamenta profundamente que Lituania haya desoído el llamamiento de los Estados Partes en septiembre de 2024, en el que se le instaba a reconsiderar su decisión.
Dado el contexto geopolítico en creciente tensión, al CICR le preocupa el posible debilitamiento del derecho internacional humanitario producto de que un Estado Parte se retire, por motivos de seguridad nacional, de acuerdos internacionales –tan difíciles de lograr– que limitan el uso de armas con la capacidad de provocar un daño inaceptable. La situación relativa a la seguridad está en constante evolución, pero el terrible costo humano del uso de municiones en racimo, minas antipersonal y otras armas atroces sigue siendo el mismo.
Tal como lo expresó la presidenta del CICR, Mirjana Spoljaric, "El derecho internacional humanitario no fue pensado desde el optimismo para los momentos de paz, sino para los días más oscuros de la humanidad, cuando un conflicto armado arrasa con todo y la población queda expuesta a graves peligros".
El hecho de retirarse de cualquier tratado humanitario menoscaba las protecciones jurídicas otorgadas a las víctimas de conflictos armados. Es responsabilidad de todos los Estados defender y fortalecer las normas internacionales cuyo objetivo es mitigar los horrores de la guerra. Para defender la humanidad, incluso en tiempo de conflicto armado, nos corresponde a todos la tarea de reforzar los marcos humanitarios que ofrecen seguridad a las personas vulnerables.
El CICR insta a los Estados Partes en la Convención sobre Municiones en Racimo a lo siguiente:
- mantener la firme determinación de trabajar por un mundo libre de municiones en racimo y respetar su compromiso de condenar el uso de estas armas por cualquiera de las partes;
y a todos los Estados les solicita lo siguiente:
- no retirarse de la Convención sobre Municiones en Racimo ni de ningún tratado humanitario ni eludirlos, sino acelerar su universalización;
- reafirmar públicamente el valor de las restricciones humanitarias a la guerra y adoptar medidas positivas para fortalecer el respeto del DIH;
- sensibilizar a la opinión pública sobre cómo el desarme y el DIH pueden salvar vidas, y promover la comprensión de los riesgos de debilitar la protección que otorgan.
Acerca del CICR
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es una organización neutral, imparcial e independiente con un cometido exclusivamente humanitario establecido en los Convenios de Ginebra de 1949. Ayuda a personas afectadas por conflictos armados y por otras situaciones de violencia en todo el mundo, haciendo lo posible por proteger su vida y su dignidad, y por aliviar su sufrimiento, a menudo junto con sus socios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Contacto para los medios de comunicación:
Aurélie LACHANT, CICR Ginebra, tel: +41 79 731 04 03, correo electrónico: alachant@icrc.org
Más información del CICR sobre municiones en racimo
- Contaminación por armas
- Rehabilitación física
- Vicepresidente del CICR Dr. Gilles Carbonnier: The international community must urgently take deliberate steps and lead towards effectively protecting civilians
- Convención sobre Municiones en Racimo 2008
- Five things to know about the deadly legacy of explosive remnants of war
- It is up to States Parties and the broader Convention community to defend and promote the norms of the Convention on Cluster Munitions
- En tiempos de inseguridad y conflicto armado, los Estados deben unirse para defender y fortalecer el derecho internacional humanitario
- Let us remember that disarmament saves lives, curbs arms race, moderates the inhumanity of war, and fosters peace
- Iniciativa mundial para reactivar el compromiso político con el derecho internacional humanitario
