Sudán se enfrenta al peor brote de cólera en años mientras la guerra arrasa con la infraestructura

Jartum/Ginebra – En medio del devastador conflicto armado de Sudán, que ya ha causado decenas de miles de víctimas y desplazado a millones de personas, se está produciendo en silencio otra crisis: el peor brote de cólera que el país haya sufrido en años.
Según el Ministerio de Salud de Sudán, el cólera ya ha provocado más de 2.500 muertes, y se han registrado más de 100.000 presuntos casos en todo el país. Los equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el terreno advierten de que la enfermedad se está propagando rápidamente, ya que más de dos años de conflicto armado han dejado gravemente dañada o destruida la infraestructura esencial.
“Sudán se enfrenta al peor brote de cólera de los últimos años”, afirmó José Luis Pozo, jefe de Actividades Operacionales del CICR en Sudán. “Esta situación se está desarrollando en medio de un conflicto devastador que ha destruido la infraestructura y dejado a millones de personas sin acceso a agua potable, atención de salud y otros servicios esenciales”.
Un sistema de salud frágil al límite de sus posibilidades
Se estima que el 80 % de las instalaciones de salud en las zonas afectadas por el conflicto armado ya no funcionan. Los médicos y enfermeros de centros como el Hospital Al Jazeera del Este de Al Bashraga, en el estado de Al Jazeera, trabajan para atender los casos de cólera y administran soluciones de rehidratación oral y líquidos intravenosos a los pacientes más graves.
Para los trabajadores de la salud, el brote ha supuesto una carga más sobre un sistema ya desbordado. “Sin duda, el número de personas con diarrea acuosa repercute en la demanda que recae sobre el personal, pero estamos trabajando intensamente en aumentar la eficiencia y la capacidad del centro para acoger a los pacientes”, señaló Abbas Mubarak, director adjunto de Emergencias Sanitarias y Control de Epidemias del estado de Gedaref.
Para pacientes como Mutasim Azhari, un residente local hospitalizado con deshidratación grave y dolor de estómago, la experiencia ha sido aterradora. “Me ingresaron con mi hermano en un centro de tratamiento del cólera. Hicieron todo lo posible por curarme. Era la primera vez que tenía cólera. Sabía lo que era, así que tenía mucho miedo”, relató.

Mutasim Azhari, residente de Al Bashraga, estado de Al Jazeera, descansa en su hogar.
Respuesta del CICR en las zonas más afectadas
El CICR está centrando su respuesta de emergencia en los estados de Jartum, Gedaref, Darfur septentrional, Darfur oriental y Sennar, donde la combinación de cólera y malnutrición es más grave. Hasta la fecha, el apoyo del CICR a los centros de salud y a los equipos de respuesta rápida ha permitido tratar a casi 18.000 pacientes y reforzar la detección temprana de nuevos casos.
En Darfur septentrional, por ejemplo, el CICR ha prestado asistencia vital a unas 82.000 personas desplazadas en Tawila, en colaboración con la Media Luna Roja Sudanesa y las autoridades sanitarias locales. Entre otras tareas, se distribuyen elementos de higiene, se mejora el acceso al agua potable, se realizan campañas de sensibilización y se fumiga para prevenir la propagación de enfermedades.
“La situación sigue siendo urgente. Se avecina la temporada de lluvias, y el riesgo de aparición de nuevos casos es alto. Por lo tanto, es esencial actuar con rapidez y de forma coordinada”, agregó Pozo.

Personas desinfectan sus manos y pies en el centro de tratamiento para el cólera en el estado Gedaref.

Proteger a la población civil y la infraestructura esencial
El CICR recuerda a todas las partes en el conflicto la obligación que tienen en virtud del derecho internacional humanitario de proteger a la población civil y la infraestructura esencial. El agua potable, las instalaciones de salud y los sistemas eléctricos son vitales para la supervivencia y el bienestar de la población civil.