Colombia: asistencia humanitaria para comunidades confinadas en Chocó
Don josé Rivas tomó su megáfono para dar un aviso a la comunidad, tal y como lo hace cada vez que hay una reunión o un mensaje importante para dar. Esta vez hubo algo diferente: no todas las personas escucharon su llamado. A su alrededor se podían ver varias de las casas de la vereda cerradas con candado; en la orilla del río estaban apilados la mayoría de los botes, los parlantes no sonaban.
Era evidente que en Torrá, vereda del municipio de Nóvita (Chocó), la mayoría de sus habitantes no estaban, se habían ido desplazados y quienes quedaban estaban confinados.
En esta zona del sur del Chocó, los conflictos armados están dando lugar a diferentes consecuencias humanitarias. La disputa territorial entre actores armados está afectando a la población civil, en este caso, a varias comunidades de los municipios de Sipí y Nóvita. Las acciones armadas obligaron a muchas personas a desplazarse hacia las cabeceras municipales, otras no lograron hacerlo y tuvieron que quedarse encerradas y sin opciones de poder movilizarse.
"A demasiados les tocó, por precaución, irse a otros lugares. Y algunos nos quedamos...", dice don José mientras camina por uno de los rincones de Torrá con megáfono en mano inspeccionando las casas que no tenían candados en sus puertas.
Para quienes se quedaron en las comunidades -y algunos otros que decidieron dejar los albergues y regresar a sus parcelas- han sido semanas de mucha incertidumbre. Cada grano de arroz, gota de aceite o pedazo de maíz debe rendir al máximo hasta que la normalidad no regrese a la zona, que la gente pueda retornar, volver a sus labores cotidianas, producir, cazar, sembrar o comprar alimentos.
El llamado de don José fue atendido por 20 personas aproximadamente, quienes se reunieron en la casa comunal. "Falta mucha gente, falta mucho para que estemos por lo menos la mitad de quienes vivimos acá", dijo una de las personas presentes. El llamado a esta reunión era porque el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, había llegado con kits de alimentos para asistir a la comunidad.
"Nos dieron arroz, atún, sardinas, aceite, harina, pastas, azúcar, sal, entre otras cositas que nos sirven mucho en estos momentos", agregó don José.
Torrá no fue la única comunidad beneficiada con la visita del CICR. Esta asistencia también se hizo en Barranconcito, Charlo Largo, Charco Hondo, Barrancón, Cajón y Santa Barbara, poblaciones que pertenecen a los municipios mencionados y cuyos habitantes también corrieron la misma suerte.
"Nunca nos había tocado un desplazamiento. Nos tocó irnos y estar muy unidos en los albergues. Ahora que algunos volvimos, estas ayudas son muy importantes mientras regresa la normalidad, que la gente pueda volver a las minas y trabajar para tener con qué comer", explicó Flor Medina, habitante de Charco Largo.
Llegar con esta asistencia no fue una tarea sencilla para el CICR. La neutralidad resulta ser fundamental para acceder a estos territorios en disputa y con presencia latente de actores armados. Nuestro único fin es ayudar a la población civil.
Ziad Refki, delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja para esta zona del Chocó afirmó: "nuestra neutralidad nos ayuda mucho para acceder a la zona, todas las partes del conflicto y población civil conocen que nosotros trabajamos de esta manera y por eso es mucho más fácil para nosotros entrar sin problemas a cualquier parte, nos da garantías de seguridad y confianza para entrar a la zona".
En total, el CICR entregó 700 kits con alimentos de primera necesidad que beneficiaron a cerca de 1000 personas. Nuestro objetivo es apoyar a la población civil de este territorio ante las consecuencias humanitarias que dejan los conflictos armados y, a su vez, recordarles a los actores armados que sus acciones bélicas deben dejar al margen a las comunidades, pues hasta las guerras tienen límites.