El Día de los Muertos, la COVID-19 y América Latina: honrar a los muertos durante una pandemia

El Día de los Muertos, la COVID-19 y América Latina: honrar a los muertos durante una pandemia

El Día de los Muertos es una celebración a nivel mundial. Esta conmemoración que honra a los muertos nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre los diversos efectos de la COVID-19 en los rituales culturales y religiosos de las comunidades de Guatemala, México y Perú.
Artículo 06 noviembre 2020 Guatemala Perú México

Los rituales de sepultura son fundamentales para la identidad de muchas comunidades. La COVID-19 ya se cobró más de un millón de vidas y alteró considerablemente la manera tradicional en que se realizan los funerales en todo el mundo. Las normas establecidas con el objetivo de proteger a los vivos se traducen en barreras para llorar la muerte de los seres queridos.

En esta publicación de National Geographic (en inglés), que contó con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja, se examinan más detenidamente las profundas consecuencias —culturales y religiosas— de la COVID-19 en las comunidades guatemaltecas, mexicanas y peruanas.

En la ceremonia de sepultura de su cuñada, María de Jesús Linares realiza una videollamada a sus familiares para que puedan estar presentes de manera virtual en esa ocasión. Las restricciones establecidas como consecuencia de la pandemia de COVID-19 les impidieron asistir. “Esta tristeza es aún más profunda porque nuestra familia y nuestros amigos no pueden estar con nosotros en estos momentos difíciles. No podremos asistir el 2 de noviembre porque el cementerio estará cerrado mañana. Es muy triste.” Ciudad de México, México.
En la ceremonia de sepultura de su cuñada, María de Jesús Linares realiza una videollamada a sus familiares para que puedan estar presentes de manera virtual en esa ocasión. Las restricciones establecidas como consecuencia de la pandemia de COVID-19 les impidieron asistir. “Esta tristeza es aún más profunda porque nuestra familia y nuestros amigos no pueden estar con nosotros en estos momentos difíciles. No podremos asistir el 2 de noviembre porque el cementerio estará cerrado mañana. Es muy triste.” Ciudad de México, México. César Rodríguez/CICR. 2020.10.29
Rosalina Tuyuc, de 64 años de edad, y sus familiares decoran las tumbas donde descansan los cuerpos de 220 víctimas del conflicto armado, que fueron hallados por antropólogos forenses. Durante la guerra civil, el ejército reclutó al padre y al marido de Rosalina. Hasta hoy, ella y su familia siguen sin conocer el paradero de sus seres queridos y continúan buscando sus cuerpos.
Rosalina Tuyuc, de 64 años de edad, y sus familiares decoran las tumbas donde descansan los cuerpos de 220 víctimas del conflicto armado, que fueron hallados por antropólogos forenses. Durante la guerra civil, el ejército reclutó al padre y al marido de Rosalina. Hasta hoy, ella y su familia siguen sin conocer el paradero de sus seres queridos y continúan buscando sus cuerpos. Daniele Volpe/CICR

En muchas culturas, las tradiciones centenarias de reunirse a beber, cantar y compartir recuerdos o de cumplir la última voluntad y visitar tumbas responden a la creencia de que los muertos no están desconectados de nosotros para siempre, sino que continúan siendo una parte integral de las comunidades y de la sociedad.

¿Qué nos lleva a dar tal grado de importancia a los muertos? ¿Por qué nos esforzamos tanto por asegurar un lugar de descanso respetuoso para quienes no están con vida? Creo que la importancia que les damos a los muertos refleja la esencia misma de nuestra humanidad.

Oran Finegan, jefe de Servicios Forenses del CICR

Este concepto es particularmente visible en América Latina, donde las tradiciones relativas a las personas fallecidas están muy arraigadas. La región, de por sí afligida por cientos de miles de personas dadas por desaparecidas en relación con conflictos armados presentes y pasados, así como con la persistente violencia armada, las constantes oleadas migratorias y las catástrofes naturales, exhibe uno de los índices de mortalidad por COVID-19 más elevados del mundo.

Carmen Cumes, de 64 años de edad, y su nieta están de pie ante la placa de mármol que contiene los nombres de las personas cuyos restos fueron encontrados en un antiguo campamento del ejército, en 2003. La mayoría de los cuerpos no fueron identificadas, entre ellos, Felipe Poyón, esposo de Carmen.
Carmen Cumes, de 64 años de edad, y su nieta están de pie ante la placa de mármol que contiene los nombres de las personas cuyos restos fueron encontrados en un antiguo campamento del ejército, en 2003. La mayoría de los cuerpos no fueron identificadas, entre ellos, Felipe Poyón, esposo de Carmen. Daniele Volpe/CICR
“Todos los años, en esta fecha, organizamos una pequeña procesión desde aquí hasta el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de nuestros seres queridos en 2003”, afirmó. “Este año, no fue posible y estamos tristes.”
“Todos los años, en esta fecha, organizamos una pequeña procesión desde aquí hasta el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de nuestros seres queridos en 2003”, afirmó. “Este año, no fue posible y estamos tristes.” Daniele Volpe/CICR

La crisis generada por la pandemia de COVID-19 causa una profunda angustia en las familias que no pudieron ni siquiera visitar a sus seres queridos en el hospital antes de que estos fallecieran. El dolor se profundiza para quienes no pudieron localizar a su familiar fallecido porque algunas morgues se vieron desbordadas. Imaginen que pierden a sus progenitores y que no pueden encontrar sus cuerpos ni sepultarlos: esto sucede en la actualidad y tiene consecuencias profundas para el bienestar mental y físico de las personas.

Sophie Orr, directora regional del CICR para América

La pandemia y las medidas preventivas que se implementaron para contenerla tuvieron efectos diversos en los ritos funerarios de diferentes culturas y comunidades. En Guatemala, México y Perú, el Día de los Muertos es una celebración muy difundida como una oportunidad para que amigos y familiares de personas fallecidas honren la memoria de sus seres queridos, mediante visitas al cementerio y ofrendas que ayuden a las personas fallecidas en su viaje.

Martha Romero murió el 19 de agosto a causa de la enfermedad por coronavirus. Si bien su esposo (Felipe Palma) y su hijo (Enrique Palma) contrajeron también COVID-19, al igual que otros miembros de la familia, ella es la única que no se recuperó. “Mi madre ya no vendrá a buscar unas mandarinas: debemos construirle un gran altar con todas las cosas que le gustaban. (…) Lloramos mucho mientras construíamos este altar porque su partida fue muy reciente; es muy duro, aunque también es parte del proceso para aceptar que se fue", sostiene Enrique. Ciudad de México, México.
Martha Romero murió el 19 de agosto a causa de la enfermedad por coronavirus. Si bien su esposo (Felipe Palma) y su hijo (Enrique Palma) contrajeron también COVID-19, al igual que otros miembros de la familia, ella es la única que no se recuperó. “Mi madre ya no vendrá a buscar unas mandarinas: debemos construirle un gran altar con todas las cosas que le gustaban. (…) Lloramos mucho mientras construíamos este altar porque su partida fue muy reciente; es muy duro, aunque también es parte del proceso para aceptar que se fue", sostiene Enrique. Ciudad de México, México. César Rodriguez/CICR. 2020.11.01

El CICR y las Sociedades Nacionales son testigos diarios del respeto que las diferentes sociedades muestran hacia los muertos a través de sus costumbres y de prácticas formales en sus legislaciones nacionales. En esa expresión de honor y de respeto por los muertos subyace el reconocimiento de la dignidad humana.

Teresa Kawasa recibe consuelo durante el funeral de su madre Julia Sebastian War, quien murió a los 102 años de edad, en su hogar de Imacita, en la Amazonia peruana. 29 de octubre de 2020.
Teresa Kawasa recibe consuelo durante el funeral de su madre Julia Sebastian War, quien murió a los 102 años de edad, en su hogar de Imacita, en la Amazonia peruana. 29 de octubre de 2020. Tomas Munita/CICR

La labor que se lleva a cabo actualmente en apoyo a los entierros dignos y a las ceremonias que son fundamentales para la vida espiritual resulta crucial, más allá de las circunstancias. Por lo general, las personas no ven la importante función que desempeña la ciencia forense hasta que se produce la muerte de una madre, un hermano o un niño. Es entonces cuando la manipulación de los cadáveres adquiere la máxima importancia.

En zonas con conflictos armados y en regiones afectadas por la violencia armada, donde la capacidad limitada para una gestión adecuada de un número elevado de muertes puede agravar la situación aún más, así como en otras situaciones de violencia, el CICR interactúa con los Gobiernos con miras a que se adopten las medidas necesarias para que puedan continuar los entierros dignos. También trabajamos en colaboración con las comunidades, las Sociedades Nacionales y las autoridades locales a fin de asegurarnos de que se cumplan las medidas sanitarias adecuadas para limitar el riesgo de contaminación.

Los delegados del CICR Luis Pedro Domínguez Rosales y Erick Raúl García Quinones asisten a la ceremonia de homenaje a Basilio Sotz Morales, quien fue dado por desaparecido en 1982, en San Juan Comalapa, Guatemala. Si bien el hallazgo de sus restos se produjo en 2003, recién pudieron ser identificados en 2014 gracias a una prueba de ADN.
Los delegados del CICR Luis Pedro Domínguez Rosales y Erick Raúl García Quinones asisten a la ceremonia de homenaje a Basilio Sotz Morales, quien fue dado por desaparecido en 1982, en San Juan Comalapa, Guatemala. Si bien el hallazgo de sus restos se produjo en 2003, recién pudieron ser identificados en 2014 gracias a una prueba de ADN. Daniele Volpe/CICR
Joaquín Ramírez es guardia y cuidador del Cementerio de La Loma, tal como lo fueron su padre y su abuelo. “Me encanta mi trabajo”, dijo. “Es triste ver el cementerio vacío este año, pero es por la seguridad de todos. Debo negar la entrada a muchas personas que quieren venir a visitar las tumbas de sus seres queridos, aunque ellas comprenden las razones.” Tlalnepantla de Baz, Estado de México.
Joaquín Ramírez es guardia y cuidador del Cementerio de La Loma, tal como lo fueron su padre y su abuelo. “Me encanta mi trabajo”, dijo. “Es triste ver el cementerio vacío este año, pero es por la seguridad de todos. Debo negar la entrada a muchas personas que quieren venir a visitar las tumbas de sus seres queridos, aunque ellas comprenden las razones.” Tlalnepantla de Baz, Estado de México. César Rodríguez/CICR. 2020.10.30

El derecho internacional humanitario y el derecho penal internacional prevén el respeto hacia los cadáveres como forma de concretar el deber general de proteger la dignidad de las personas, con las obligaciones pertinentes hacia ellas. El derecho que asiste a las familias de las personas fallecidas a estar de duelo, a visitar las tumbas de sus seres queridos y, en general, a realizar inhumaciones según sus creencias también cuenta con el reconocimiento de cortes y tribunales internacionales de derechos humanos.

La Unidad Forense del CICR rinde homenaje a las víctimas fallecidas y a los familiares de estas fomentando la gestión adecuada y digna de los muertos, y recordando a los actores pertinentes que debe devolverse la identidad a esas personas, y que sus cuerpos deben ser restituidos a sus familiares.