La falta que me haces
Entre 2007 y 2017, el número de registros de personas desaparecidas en Brasil fue de 786.071*
82.684 notificaciones de personas desaparecidas en Brasil solo en *2017
La búsqueda incesante de la persona desaparecida y el hecho de no saber si sus familiares están vivos o muertos son cuestiones que pueden traer serias consecuencias graves para las personas concernidas y sus familiares y amigos. Aliviar ese sufrimiento es una de las prioridades del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Brasil y en el mundo.
En Brasil, el CICR acompaña a los familiares de personas desaparecidas con la finalidad de comprender sus necesidades. Gracias a la conjugación entre el conocimiento de la realidad local y la experiencia mundial, se realizan recomendaciones a las autoridades brasileñas. También se ofrecen capacitaciones en diferentes áreas, trabajando en colaboración con las autoridades y con la sociedad civil para ayudar en las actividades tendientes a mejorar las respuestas dadas a los familiares y en la búsqueda de personas desaparecidas.
En todo el mundo, el CICR trabaja a favor de la implementación de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas y la adopción de un concepto de desaparición que va más allá de la desaparición ocasionada por acciones estatales. De esta manera, cree que los mecanismos para la búsqueda de personas desaparecidas y la asistencia a sus familiares podrán dar respuesta al sufrimiento humanitario, a las necesidades comunes que abarcan todos los casos, independientemente de las circunstancias.
Necesidades de familiares de personas desaparecidas durante el régimen militar
El CICR entrevistó a 58 familiares de 32 personas desaparecidas durante el régimen militar en Brasil para entender sus necesidades. El resultado puede verse en la publicación (en portugués) Naquela mesa está faltando ele (En aquella mesa falta él).
Sobre la muestra
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) presentó la exposición "La falta que me haces", en el Museo de la Imagen y el Sonido (MIS) en San Pablo. Con imágenes de Marizilda Cruppe y la dirección artística de Rogério Costa, la muestra inmersiva retrata la difícil cotidianidad y la incertidumbre que viven los familiares de personas desaparecidas.
Esta realidad vivida por miles de familias en todo el mundo es consecuencia de diferentes circunstancias críticas, como la violencia urbana, las catástrofes ambientales, los conflictos armados, las migraciones y otras crisis humanitarias.
Entre agosto de 2016 y diciembre de 2017, Marizilda y el equipo del CICR visitaron viviendas en Curitiba, Maceió, Río de Janeiro y San Pablo, donde escucharon las historias de padres, hijos, abuelos y tíos de personas desaparecidas, sobre cuyo paradero y la suerte que corrieron nunca recibieron respuesta. Los vídeos se realizaron con la productora Realejo.
Familia Almeida
"Me alegra y reconforta cuando alguien me dice: 'no te des por vencido, vas a encontrar a tu hijo, todo va a salir bien'." Mirian dos Santos Almeida, madre de Alison Santos de Almeida, desaparecido.
Desde el 24 de agosto del 2013, Mirian dos Santos Almeida no encuentra a su hijo Alison. "Mamá, que tengas una buena noche, un buen descanso. Mamá, te amo". Fue la última conversación de Mirian con su hijo, por teléfono, una noche de agosto de 2013. Desde entonces, la familia Almeida busca a Alison en todo San Pablo. La familia se unió para insistir en la búsqueda, fortaleciéndose con otras familias del grupo "Mães da Sé" (Madres de Sé).
Familia Campioto
"Mi vida se detuvo, no fui más al médico, mi familia se desmoronó. Algunos días, me levanto y me siento débil y temblorosa. Entonces me dan un remedio para dormir, pero no duermo; a las tres de la mañana ya estoy despierta. Es una experiencia terrible, son 24 horas pensando en él." Dalva Campioto, madre de Leonardo Campioto, desaparecido.
Dalva y Carlos Campioto esperan hace diez años una respuesta sobre el paradero de su hijo, Leonardo de Souza Campioto, que desapareció cuando tenía 27 años. La última vez que lo vieron, Leonardo jugaba con su hijo recién nacido en el sofá de su casa. Leonardo estaba desempleado y realizaba trabajos temporarios de flete. Una noche salió de su casa para hacer una entrega y no volvió. Desde entonces, la vida de los padres se transformó en la búsqueda de noticias sobre su hijo, una peregrinación constante entre comisarías, institutos médico-legales y abogados.
Familia Capistrano
"A nossa expectativa em relação a essas buscas de desaparecidos, evidentemente tanto tempo depois, é a de conseguir contar o mais proximame nte possível da realidade essa história. Nosso interesse foi sempre divulgar (a questão do desaparecimento). Estamos falando há mais de 40 anos." – Maria Cristina Capistrano, filha do desaparecido David Capistrano.
Maria Carolina Capistrano espera há mais de quatro décadas alguma informação sobre o destino do marido, David Capistrano da Costa. Ele desapareceu junto com um amigo em março de 1974, e, desde então, sua família busca saber sobre o seu paradeiro. Como Maria Carolina, as duas filhas e a neta de Capistrano também esperam pelo desfecho dessa história. Cecília Capistrano Bacha, neta de David, acredita na importância de continuar juntando as informações sobre o avô. Cecilia diz que a família só passou a aceitar a morte dele a partir da Lei de Anistia, de 1979, quando ao contrário do que se esperava, ele não voltou para casa.
Familia Cruz
"¿Cuántos Robsons existen, cuántas personas desaparecidas? Veo a las personas que están en las Madres de Sé, las personas que tienen familiares desaparecidos. Nos sentimos abatidos, esto es muy embarazoso, torturante." Leonardo da Cruz, padre de Robson Roberto da Cruz, desaparecido.
Robson Roberto da Cruz, hijo de Leonardo da Cruz e Izilda Maria Pesolato, desapareció en junio de 2016, el día del cumpleaños de su madre. Diagnosticado con esquizofrenia, salió de su casa sin llevar nada más que lo puesto, y nunca más lo vieron. En mayo de 2018, la familia recibió un llamado: justo después de su desaparición, Robson fue socorrido por el servicio de rescate de San Pablo, estuvo hospitalizado un mes y luego falleció. Lo enterraron sin identificación o notificación a sus padres, que lo buscaban desde el primer día. Ahora la familia lucha por una nueva sepultura y el merecido descanso de su hijo.
Familia Damasceno
"Tenemos un 50% de posibilidades de encontrarlos vivos y un 50% de encontrarlos muertos. Pero no importa: el 100% es que van a venir hacia nosotros. Tenemos que estar preparados y necesitamos tener certeza sobre que sucedió con nuestros desaparecidos. Aunque yo logre encontrar la verdad, no voy a dejar de ayudar a otras personas." Lucineide Damasceno, madre de Felipe Damasceno, desaparecido.
Lucineide Damasceno busca una explicación sobre el paradero de su hijo Felipe desde noviembre de 2008, cuando salió de su casa en moto para visitar a un amigo y no volvió. Desde entonces, comenzó a sufrir ataques de pánico, especialmente en lugares con mucha gente, y enfrenta dificultades para que el caso de la desaparición de su hijo se investigue debidamente. Como una manera de recordar a su hijo desaparecido, se hizo un tatuaje en la espalda, un antiguo deseo de Felipe.
Familia Esperidião
"Cada día que pasa, cada año que pasa, el dolor aumenta. Es como si fuera una herida que se agranda. Si hubiera enterrado a mi hija, ya me habría acostumbrado a la idea de no verla más. Pero lo que me viene matando de a poco es no saber qué sucedió." Ivanise Esperidião, madre de Fabiana Esperidião, desaparecida.
La búsqueda de la hija de Fabiana Esperidião comenzó en la víspera de la Navidad de 1995. Fabiana Esperidião da Silva, en ese entonces de 13 años de edad, había ido al cumpleaños de una amiga junto con una compañera de la misma edad. La casa de la cumpleañera quedaba a menos de 300 metros de la suya. En el regreso, Fabiana se separó de la amiga y desde ese momento no se la vio más. La dificultad en encontrar apoyo e información llevó a Ivanise a fundar la Asociación Brasileña de Búsqueda y Defensa de Niños Desaparecidos en 1996, organización que se conoció más tarde como Madres de Sé.
Familia Inácio
"Para mí, él no está vivo. O sin secuelas. Porque no me dejaría en esta situación. Pero siempre nos queda ese 1% de esperanza. Pero si él tampoco está, espero tener una respuesta." Débora Inácio, madre de Kaio Alves Inácio, desaparecido.
Hace cerca de cinco años, Debora Inácio busca a su hijo Kaio, que desapareció después de ir a una fiesta en la casa de amigos y dormir fuera de su casa. Llegó a hablar con Kaio por teléfono una última vez, cuando él le dijo que iría a solucionar algunos problemas y, desde entonces, no tuvo más noticias. Debora visitó comisarías, hospitales e institutos médico-legales (IML) en busca de su hijo. Después de un largo período de depresión, encontró apoyo y logró enfrentar el trauma de regresar a la zona costera donde ocurrió la desaparición de Kaio.
Familia Massena
"Ellos (sus hijos) crecieron, todos se fueron y me quedé sola. Voy a llegar a los 100 años y espero que para ese momento tengan alguna novedad sobre esta desaparición, alguna verdad para nosotros. Creo que cuando vivimos mucho tiempo en un lugar, echamos raíces. Nos apegamos a la casa, a los recuerdos. Este portón lo hizo João. Estaba allí enfrente, pero lo trajimos para el jardín." Ecila Massena, esposa de João Massena, desaparecido.
João Massena Melo, ex-concejal y diputado por Río de Janeiro, desapareció en abril de 1974. Décadas después de la desaparición de João Massena, el tema sigue como un tabú para la familia Massena, aunque todos coinciden en que está muerto. La desaparición de João Massena representó un estigma para su familia –la casa donde vivían era conocida en el vecindario como una casa de "comunistas"– y dejó secuelas psicológicas a varios miembros de la familia.
Familia Mesut
"Yo no sabía quién era mi padre. No tenía idea." Grenaldo Erdmundo Mesut, hijo de Grenaldo Mesut, desaparecido.
Grenaldo Mesut no conocía la historia de su padre, el marinero Grenaldo de Jesus Silva, que desapareció en mayo de 1975, cuando tenía cuatro años de edad. Durante más de treinta años, nunca tuvo ninguna información sobre su padre. Grenaldo recién comenzó a descubrir más sobre el tema cuando, años después, por casualidad, una pariente de su esposa vio un reportaje sobre su padre. Cerca del año 2000, Grenaldo comenzó a investigar y a descubrir la verdad sobre su padre, y aún hoy se emociona al hablar de él.
Familia Miranda
"Yo no sabía quién era mi padre. No tenía idea." Grenaldo Erdmundo Mesut, hijo de Grenaldo Mesut, desaparecido.
Grenaldo Mesut no conocía la historia de su padre, el marinero Grenaldo de Jesus Silva, que desapareció en mayo de 1975, cuando tenía cuatro años de edad. Durante más de treinta años, nunca tuvo ninguna información sobre su padre. Grenaldo recién comenzó a descubrir más sobre el tema cuando, años después, por casualidad, una pariente de su esposa vio un reportaje sobre su padre. Cerca del año 2000, Grenaldo comenzó a investigar y a descubrir la verdad sobre su padre, y aún hoy se emociona al hablar de él.
Familia Nascimento
"Sabemos que cuando una persona muere, ya no hay más remedio, pero cuando está desaparecida, no sabemos si come, bebe, cómo duerme... Es desesperante." Valmir do Nascimento, cuñado de Teodomiro Bernardo dos Santos, desaparecido.
Oriundo de Ceará e hijo del medio de una familia de doce hermanos, Teodomiro Bernardo dos Santos, vivía, al igual que buena parte de su familia, en los alrededores de San Pablo, donde se mudó en busca de oportunidades cuando aún era joven. En noviembre de 1995, mientras recibía atención psiquiátrica en un hospital de la ciudad, Teodomiro salió por la puerta del frente del establecimiento sanitario y su familia no lo vio nunca más. Inmediatamente después de su desaparición, todos los familiares se movilizaron para buscarlo. Con los años, su hermana Zélia dos Santos Nascimento, y en particular su cuñado, Valmir Nascimento, asumieron la misión de mantener la búsqueda, algo que realizan activamente.
Familia Padilha
"Un día, a la mañana, fue a ver una pieza para el camión y nunca más volvió. ¿Tendré una respuesta algún día?" Vilma Padilha, hija de José Padilha, desaparecido.
Vilma Teresa Padilha vive con la familia y sus mascotas en San Pablo. Tenía trece años de edad cuando su padre, el camionero José Padilha Aguilar, desapareció en 1972. Desde entonces, lo buscan con recursos propios. Siempre que recibía alguna pista acerca de que el padre podría estar en algún lugar, viajaba por todo Brasil a buscarlo. Después de tantos años, ella nunca desistió de la búsqueda. Su principal interés y el de sus familiares es recibir una respuesta definitiva sobre la suerte y el paradero de su padre.
Familia Santos
"La esperanza es lo último que se pierde y quiero encontrarlo en cualquier momento". Alberto Correia dos Santos, padre de Rodrigo Correia Santos, desaparecido.
Rodrigo Correia Santos está desaparecido desde hace seis años, desde un viernes en que salió a trabajar y no volvió más. Rodrigo tenía 22 años de edad, era taxista y vivía con sus padres, Alberto Correia y Zuleide Santos, y sus tres hermanos. Desde ese día, la familia realiza una búsqueda incesante en barrios de San Pablo.
Familia Torigoe
"No nos contaban nada. No podían ni siquiera decir su nombre porque tenían miedo. Inclusive llamé a otros familiares, pero tampoco quieren (participar). Todos están muy molestos." Célia Torigoe, sobrina de Hirohaki Torigoe, desaparecido.
El estudiante Hirohaki Torigoe desapareció en 1972. Sus padres, agricultores de Piracicaba, en San Pablo, buscaron a su hijo junto con las autoridades y obtuvieron la información de que estaría muerto. Pero nunca recibieron sus restos mortales. Los padres y abuelos no les contaron a los niños de la familia, como Naomi, de cinco años de edad en aquel momento, y Celia, un poco menor, sobre qué pasó realmente con su tío. El tema fue tabú durante años. Recién en la adolescencia ellas supieron la verdad: que su tío había desaparecido.
Familia Vasconcelos
"Creo que el mejor recuerdo de mi hermano es hablar de mi madre. Ella escribió a todas las instituciones, a todas. ¡Le escribió al Papa! Mi madre era una persona que tenía cuarto grado del primario. Iba para Cinelandia con un cartel que decía: hoy hace tres días, hoy hace cuatro día, hoy hace 31 días, y así sucesivamente." Altair Vasconcelos, hermana de Joel Vasconcelos, desaparecido.
Joel Vasconcelos Santos desapareció en 1971. A partir de ese año su madre, Elza, comenzó con la búsqueda de su hijo, una rutina que la acompañó hasta sus últimos días. Periódicamente, iba a los lugares donde Joel podría estar. Su hija, Altair, que hoy sigue con la búsqueda, era testigo de que su madre escribía cartas e iba a la plaza todos los días para clamar por información sobre Joel. Pero aun con toda esa movilización, sus familiares nunca recibieron ninguna información oficial sobre su paradero.
Familia Wright
"Entonces, la desaparición tiene algo interminable. Nos levantamos a la mañana pensando en eso, es algo constante. No tenemos la ceremonia del entierro. Entonces, tenemos a esa persona cerca de nosotros, y realmente necesitaríamos, por lo menos en mi caso y de las personas cercanas, que hubiera una ceremonia." João Paulo Wright, hijo de Paulo Stuart Wright, desaparecido.
Hijo de misioneros estadounidenses, Paulo Stuart Wright fue diputado del Estado de Santa Catarina. Actuaba en el movimiento de izquierda y desapareció en 1973. Desde entonces, su familia busca saber su paradero.
Sobre la fotógrafa Marizilda Cruppe
De técnica mecánica y estudiante de Ingeniería a candidata a piloto de avión, Marizilda encontró su vocación en el fotoperiodismo. Trabajó en diversos medios de prensa y luego, como profesional independiente. Fundó un grupo con otras mujeres fotógrafas –EVE Photographers– que, durante cinco años, exhibió y publicó sus trabajos en diez países. Fue instructora de fotografía y participó en diversos concursos internacionales de fotografía, entre ellos, el más importante y prestigioso concurso de periodismo gráfico mundial, el World Press Photo, en el cual fue jurado dos veces. Realizó fotografías para Greenpeace, el Comité Internacional de la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, Oxfam y el Banco Mundial. Colaboró con The New York Times, The Guardian, National Geographic France, The Global Post, Svenska Dagbladet, Expressen, Trip, TPM y GQ.
Sobre Rogério Costa
Rogério Costa es director de arte, diseñador, artista visual y responsable de la creación artística del vídeo mapping de la exposición "La falta que me haces". Artista que ha participado en cine, televisión, teatro, shows y eventos desde hace casi cuatro décadas, entre sus principales proyectos de videografismo y vídeo mapping, se destacan la creación del proyecto en gráfica en movimiento para la proyección en vídeo mapping del cubo de ecosistemas en el Museo del Mañana y la creación del videografismo de la Sala de las Radios en el Museo del Fútbol.