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Día de la Mujer: cinco colombianas que nos inspiran todos los días

Durante 2015, conocimos a muchas mujeres y niñas que, a pesar de las dificultades que enfrentaron en medio del conflicto armado, lograron servir de ejemplo e inspiración en sus comunidades.

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, queremos rescatar la historia de cinco de estas mujeres que nos recuerdan todos los días la importancia del trabajo humanitario en el país. 

Mujeres, niños y niñas fueron víctimas en más de la mitad de las presuntas violaciones a normas humanitarias que registramos en 2015. Conozca más sobre las consecuencias del conflicto armado en el país con nuestro informe 'Colombia, retos humanitarios 2016


“Que el barrio sepa que somos mujeres que podemos ayudar”: Yein

Oriunda de Medellín, Yein tuvo un bebé cuando tenía solo 13 años, pero logró continuar con sus estudios. Ahora hace parte de una red de mujeres en la que se encarga de capacitar a otras jóvenes como ella en temas de salud sexual y reproductiva.

 


“Ya no tengo más lágrimas”: Sandra

Como madre de dos niñas pequeñas y víctima de violencia sexual, Sandra tuvo que salir de su pueblo en Quindío y salir desplazada hacia Bogotá, donde no conocía a nadie. Cuatro meses después de que publicamos su historia, hablamos con ella de nuevo y estaba contenta de tener un trabajo temporal y de que su hija mayor haya podido ingresar al colegio. En enero de 2016 recibió su última sesión de terapia psicosocial con el CICR y, aunque nada podrá sanar sus heridas, ahora tiene nuevas razones para sonreír.

Conozca la historia de Sandra en primera persona


Gracias, Jackeline

Jackeline nació con hidrocefalia y luego desarrolló parálisis cerebral. Vivía con su madre en una zona de Caquetá (sur de Colombia) a la que solo se podía acceder por lancha. Pocas semanas después de recibir su primera silla de ruedas por parte del CICR, Jackeline falleció. La perseverancia de ella y su familia se han convertido en un ejemplo de la lucha por vivir con dignidad a pesar de las dificultades que enfrentan otras mujeres con discapacidad en zonas de conflicto.

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“Tengo estudiantes que se acuestan con la barriga vacía”: Marleny

Marleny es profesora en el municipio de Barbacoas, Nariño (suroccidente de Colombia), donde muchos de sus alumnos solo comen una o dos veces al día. Debido a la presencia de actores armados, la comunidad no ha tenido acceso a terrenos fértiles. Pero Marleny no está sola. Junto con ella, muchas otras educadoras se enfrentan al desafío de enseñar a las próximas generaciones que también han sufrido el conflicto.

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“Mi hijo era un muchacho muy noble”: Florinda

Florinda recibió una de las peores noticias que una mujer puede recibir: que su hijo estaba desaparecido. Luego de que encontraron el cuerpo, tuvo que esperar dos años más para darle un funeral digno en Barrancabermeja (oriente de Colombia). Hoy visita con regularidad la tumba y ha podido cerrar el duelo.

 


Desde América Latina, mujeres que pintan la propia aldea