160 años del lado de la humanidad: un compromiso que trasciende el tiempo y las modas
Las ideas y los actos que dieron lugar a la creación del mayor movimiento humanitario del mundo siguen teniendo una vigencia y una pertinencia alentadoras. Un homenaje en imágenes a los millones de personas que, aún en la actualidad, llevan a cabo lo que un solo hombre concibió frente al horror.
El 24 de junio de 1859, Henry Dunant, quien luego fundaría el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), se confronta a la mayor conmoción de su vida. Acababa de llegar a Solferino, en el norte de Italia, donde los ejércitos francés y austriaco venían de librar la batalla más sangrienta que el suelo europeo había conocido desde Waterloo. Ante él, esparcidos en las fosas, las llanuras y los valles, yacían cerca de 40.000 soldados muertos o heridos, abandonados a su suerte.
Henry Dunant se indigna frente a lo que ve, y lo que hará en consecuencia tendrá una profunda influencia en la acción humanitaria, que perdurará hasta la actualidad. Hoy, 160 años después, la fuerza y la pertinencia de sus ideas se han impuesto y han brindado a millones de mujeres y hombres de todo el mundo los medios para prevenir y mitigar el sufrimiento humano.
En Solferino, ante el horror del campo de batalla, este hombre de negocios ginebrino, que tenía por entonces motivaciones solo comerciales, organiza inmediatamente los socorros, con la ayuda de la población civil. Se dedica a curar heridas, a dar agua a los soldados sedientos; paga de su bolsillo sábanas y alimentos y registra las últimas palabras de los moribundos para transmitírselas a sus familias. Les solicita a los militares franceses, que eran los vencedores, que liberaran a los escasos cirujanos austriacos tomados como prisioneros para que atendieran a los heridos de todas las partes... Este impulso humanitario causó sorpresa, ya que los ejércitos de la época tenían más veterinarios que cirujanos en sus filas. ¡Un caballo tenía más valor que un soldado! Y los servicios de salud de los ejércitos eran un objetivo militar como cualquier otro.
A su regreso a Ginebra, donde reside, Henry Dunant publica, en 1862, Recuerdo de Solferino, en el que plasma dos ideas principales:
- Formar voluntarios en los comités de socorro, en tiempo de paz, para que pudieran ayudar a atender a los heridos en tiempo de guerra. Estos comités constituirán rápidamente las primeras Sociedades Nacionales de la Cruz Roja.
- Establecer un acuerdo internacional que reconociera estos comités y les asegurase protección en el campo de batalla. El Primer Convenio de Ginebra, firmado en 1864, materializa estas ideas y constituye la base del derecho internacional humanitario moderno.
Y, 160 años más tarde, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está formado por 192 Sociedades Nacionales, unidas por el deseo de aliviar el sufrimiento humano y de prestar asistencia a las personas más vulnerables. Nuestra neutralidad nos ayuda a atravesar las líneas de frente. Las opiniones políticas, los orígenes sociales y geográficos, el género y las creencias no son criterios de asignación de la ayuda: solo cuentan las necesidades. Nuestra acción se ajusta a los principios fundamentales de público conocimiento.
Repetimos los actos realizados en Solferino y defendemos los ideales del derecho internacional humanitario:
- Para que las personas separadas a raíz de un conflicto puedan tener noticias de sus seres queridos.
- Para que la población civil no sea objeto de ataques en los conflictos armados.
- Para que los detenidos y los prisioneros de guerra reciban un trato humano.
- Para que las personas que hayan perdido un miembro puedan recibir una órtesis o una prótesis.
- Para que los Estados cesen de desarrollar armas que no permiten distinguir entre civiles y militares.
- Para que la dignidad de todas las personas que sufran violencia armada sea respetada.
Al crear el CICR, el 17 de febrero de 1863, ¿acaso Henry Dunant y los otros cuatro ciudadanos ginebrinos pensaban que algún día la organización estaría presente en Yemen y en Somalia, en Malí y en Colombia, en Ucrania y en Siria? ¿Creían que, 160 años después, millones de hombres y mujeres, reunidos en un potente movimiento, trabajarían con estos mismos principios? Nunca faltan los Solferino modernos, así como los desafíos preocupantes que se imponen en nuestra época. Y si bien el dolor humano sigue siendo el mismo, nuestras actividades humanitarias se complejizaron de una manera increíble, con la presión de fenómenos que se hicieron mundiales, como el cambio climático, los discursos de odio, la crisis alimentaria, el uso de mercenarios y el desarrollo de una tecnología cada vez más letal.
Mirjana Spoljaric, presidenta del CICR, declaraba en noviembre de 2022: "Si la guerra estallara en medio de las grietas que vemos hoy en día, las ramificaciones y las consecuencias humanitarias serían abrumadoras, por decir lo menos. Y no hay nada que el DIH, el Comité Internacional de la Cruz Roja o el conjunto del sector humanitario mundial puedan hacer para volverlas soportables." Antes de hacer un llamamiento a las autoridades: "Los Estados deben mantener la paz. Nos ocuparemos de promover el DIH, asistir a los Estados para que cumplan sus obligaciones de prevenir las violaciones y proteger a las víctimas civiles y militares de los conflictos armados."