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Camboya: Minas terrestres en los campos de la muerte: la matanza continúa

20-06-1996

    Introducción       Antecedentes históricos       CMAC y las actividades de remoción       El CICR y las víctimas de las minas en Camboya       Bibliografía       Incidencia de las heridas causadas por minas       Estadísticas demográficas de las víctimas de minas       Actividad de las víctimas en el momento de ser heridas       Tipos de herida    


 

     

  Camboya:   Fotografías sobre el tema    
 

  Introducción  

La muerte sigue acechando en los campos, los bosques y los arrozales de Camboya, país donde se registra, sin lugar a dudas, una de las más elevadas proporciones de minas en el mundo. Según cálculos, hay de 6 a 10 millones de minas terrestres diseminadas indiscriminadamente en casi todas las regiones del país, cuya población es de 8 a 9 millones de habitantes (Cambodia :The First State of the Environment Report 1994, Ministerio del Medio Ambiente del Real Gobierno de Camboya, Phnom Penh, 1995.) Se considera que las más de las minas fueron colocadas entre 1983 y 1992, pero, según informaciones aportadas por funcionarios camboyanos, la siembra de minas continúa en la actualidad. Los campos minados registrados pasan de 2000 y ocupan más de 2.280 km 2 de la superficie total de Camboya: 181.035 km 2 . En otras palabras, una contaminación duradera y mortífera se ha abatido sobre el 2 por ciento del territorio poblado por una sociedad esencialmente rural y agrícola, una tierra de culti vos, bosques y arrozales que proveen sustento para más del 80 por ciento de la población nacional.

Más significativa que las frías estadísticas es la merma de los medios de subsistencia de la población, imputable a la presencia de los principales campos minados. Las zonas minadas están dispersas en las fértiles y densamente pobladas tierras que forman un semicírculo alrededor del extremo septentrional del lago Tonlé Sap, y que se extiende desde Pursat, en el suroeste del país, hasta Preah Vihear, en la zona nororiental, pasando por Battambang, Banteay Meanchey y Siem Reap. Estas fértiles llanuras, junto con las zonas aledañas al delta del río Mekong, son solo el 30 por ciento de la superficie terrestre del país, pero en ellas vive cerca el 90 por ciento de la población y se desarrollan casi todas las actividades económicas del país.

   

Las provincias de Kompong Thom, Kompong Speu y Kampot también se enfrentan con graves problemas provocados por las minas, al igual que las aisladas zonas fronterizas de Banteay Meanchey, Siem Reap y Preah Vihear. Pero no son las únicas, ya que hay campos de minas prácticamente en cada pr ovincia:

  Zonas minadas por provincia *  

  Provincia  

  Número de campos de minas  

  Superficie minada  

(millones de m 2 )

  Población  

(cálculo de 1990)

Mondulkiri

2

2,1

20,000

Ratanakiri

5

2,4

58,000

Svay Rieng

3

2,7

373,000

Stung Treng

2

0,3

50,000

Kratie

4

7,7

200,000

Prey Veng

8

19,5

858,000

Kompong Cham

52

77,2

1,345,000

Kandal

53

97,9

863,000

Preah Vihear

51

106,5

89,000

Kompong Thom

108

161,3

490,000

Kompong Chhnang

24

32,5

282,000

Pursat

135

73,9

254,000

Takeo

21

29,1

677,000

Koh Kong

47

240,7

33,000

Kampot

241

597,8

451,000

Banteay Meanchey

438

378,1

488,000

Kompong Speu

168

555,8

434,000

Siem Reap

555

555,2

555,000

Battambang

455

774,3

533,000

     

  * After the Guns Fall Silent: The Enduring Legacy of Landmines, S. Roberts y J. Williams, Vietnam Veterans of America Foundation, Washington DC, 1995.  

     

 
 

  Antecedentes históricos  

Camboya ha sufrido el flagelo de la guerra, y en particular del empleo de minas, durante más de dos decenios. En el conflicto de Vietnam, las décadas de los sesenta y los setenta, Camboya trató de mantenerse neutral, pero fue inexorablemente atrapada por el torbellino bélico. En marzo de 1970, como consecuencia de la campaña de bombardeos de la aviación de los Estados Unidos, el príncipe Sihanuk fue derrocado por el general Lon Nol. Algún tiempo después, se generalizaron las hostilidades entre las fuerzas estadounidenses aliadas a las tropas del ejército regular de Lon Nol, por un lado, y los comunistas camboyanos apoyados por combatientes infiltrados, pertenecientes al Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, por el otro. En 1975, tras la caída de Phnom Penh en poder de los comunistas camboyanos, se inició la macabra experiencia del régimen " Jemer Rojo " , que sería derribado, a su vez, por la intervención militar de Vietnam, en 1979. Se reanudó entonces el conflicto entre las distintas facciones camboyanas, que se prolongó durante más de diez años. A lo largo de este período, todos los ejércitos y grupos armados contendientes recurrieron al empleo de minas, en forma más o menos sistemática.

El 1 de mayo de 1991, se concertó un acuerdo de alto el fuego entre la República Popular de Kampuchea, con sede en la capital Phnom Penh, respaldada por los vietnamitas, y el Gobierno de coalición de Kampuchea Democrática, en exilio, reconocido por la comunidad internacional (esta alianza, liderada por el príncipe Sihanuk, estaba integrada por la oposición no comunista y por el partido de Kampuchea Democrática, o " Jemer Rojo " ). El 23 de octubre de ese mismo año, Camboya y otros 18 países firmaron los Acuerdos para un arreglo político amplio del conflicto de Camboya ( " Acuerdos de París " ). Las cuatro facciones contendientes formaron el Consejo Nacional Supremo Camboyano, que delegó en las Naciones Unidas todas las competencias necesarias para garantizar la aplicación de los Acuerdos de París e invitó al Consejo de Seguridad a crear la Autoridad Provisional de las Naciones Unidas en Camboya (UNTAC, órgano que entró en funciones el 15 de marzo de 1992), con el cometido de garantizar las condiciones necesarias para la organización de elecciones democráticas en mayo de 1993. Tras las elecciones, se constituyó un nuevo gobierno de coalición y se proclamó oficialmente el Reino de Camboya, con el rey Sihanuk como jefe de Estado. Sin embargo, las hostilidades entre las Reales Fuerzas Armadas de Camboya y la guerrilla del Jemer Rojo no han cesado; según informaciones, ambas partes siguen empleando minas terrestres.

 
 

  El Centro de Acción contra las Minas en Camboya (CMAC) y las actividades de remoción  

Al iniciar la UNTAC su retiro de Camboya, en julio de 1993, dos de sus instrumentos en el ámbito de la remoción humanitaria de minas, la Célula de Acción contra las Minas (encargada de cartografiar y controlar los campos minados) y la Unidad de Formación para la Remoción de Minas (encargada del adiestramiento de los desminadores nacionales) se fusionaron, dando origen a una organización no gubernamental, el Centro de Acción contra las Minas en Camboya (CMAC), que tiene bajo su responsabilidad todos los aspectos del problema de las minas en ese país.

En su Informe intermediario de actividades para el período octubre de 1995-febrero de 1996, el CMAC señaló que sus ocho equipos de inspección habían visitado 355 lugares supuestamente minados, de una superficie total de 546 km 2 , y que se había confirmado la presencia de minas en 190 de los mismos, cuya superficie total es de 118 km 2 . Durante el mismo período, fueron desminados 2,8 km 2 , retirándose un total de 2.315 minas y 5.628 municiones no explosionadas, lo que, hasta esa fecha, totalizaba 19.557 km 2 recuperados, 35.407 minas y 260.629 unidades de munición no explosionada destruidas. La remoción de minas ha sido lenta, difícil y peligrosa, y su financiación, constantemente deficitaria.

 
 

  El CICR y las víctimas de las minas en Camboya  

     

Los equipos quirúrgicos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) contribuyeron al tratamiento de los heridos del conflicto camboyano a partir de 1979. Estos equipos tuvieron como bases de actividades el hospital del CICR en el campamento de refugiados de Khao-i-Dang (Tailandia), cerca de la ciudad de Aranyaprathet (1979-1994), y los hospitales del Ministerio de Salud de Camboya en Kampot (1988-1993), Pursat (1990-1993) y Mongkol Borei (1990-1993).

En la actualidad, el CICR prosigue sus actividades en favor de las víctimas del conflicto camboyano, colaborando con el sistema nacional de bancos de sangre y fabricando prótesis (miembros ortopédicos). Camboya tiene probablemente el más alto índice, por número de habitantes, de amputados por minas en el mundo: un amputado por entre 236 y 425 habitantes; los cálculos del número total de amputados varían entre 18.000 y 40.000. En 1995, el CICR colocó prótesis a 438 nuevos pacientes en Camboya; en total, se fabricó un total de 1.070 prótesis, 47 órtesis y 1.818 pares de muletas. Además, las instalaciones del CICR suministraron diversos componentes a otros talleres del país: 827 rodillas artificiales, 2.948 sistemas de alineación y 297 varillas ortésicas laterales.

 
 

  Bibliografía  

Las estadísticas que figuran en este folleto se han obtenido de:

*Informes médicos y estudios del CICR:

 - Estudio A: C. Giannou, 01.01.1991-31.08.1991;

 - Estudio B: F. Stauffer, relativo al año 1994, fechado el 10.04.1995;

 - Estudio C: C. Robert-Charrue, 01.01.1994-30.09.1995, fechado el 18.12.1995.

*Fiona King: Tesis de licenciatura (Masters Thesis), London School of Hygiene and Tropical Medicine, 1992.

*N. Anderson, C. Palha da Sousa y S. Paredes: Social cost of land mines in four countries: Afganistan, Bosnia, Cambodia and Mozambique, en: British Medical Journal 1995, n° 311, pp. 718-772.

*E. Stover, A.S. Keller, J. Cobey y S. Sophead: The medical and social consequences of land mines in Cambodia, en: Journal American Medical Association, 1994, n° 272, pp. 331-336.

*S. Roberts y J. Williams: After the Guns Fall Silent: The Enduring Legacy of Landmines. Vietnam Veterans of America Foundation, Washington DC, 1995.

*Informes mensuales del Centro de Acción contra las Minas en Camboya (CMAC), Phnom Penh.

 
 

  Incidencia de las heridas causadas por minas  

El 1 de mayo de 1991, el Gobierno de Phnom Penh, respaldado por Vietnam, y la coalición de oposición basada en Tailandia concertaron un cese el fuego en el conflicto camboyano. En el cuadro I y en el diagrama 1 figura el número de heridos ingresados en el hospital de Mongkol Borei, en el noroeste de Camboya, durante los cuatro meses anteriores y los cuatro meses posteriores al cese el fuego, clasificados según el tipo de munición que causó sus lesiones: mina terrestre, bala y fragmento de obús, de granada o metralla (Estudio A del CICR).

  CUADRO I : HERIDOS INGRESADOS EN EL HOSPITAL DE MONGKOL BOREI  

  Enero-agosto de 1991, antes y después del alto el fuego, según el origen de las lesiones  

  Munición  

  Antes del alto el fuego  

  % debido a esta munición  

  Después del alto el fuego  

  % debido a esta munición  

  Total  

Mina

217

50,7%

102

60,7%

319

Bala

78

18,2%

42

25,0%

120

Obús

133

31,1%

24

14,3%

157

TOTAL

428

100%

168

100%

596

   

OBÚS = fragmentos de obús, de granada o metralla

En términos absolutos, el número de heridos disminuyó después del alto el fuego, especialmente el número de víctimas por fragmentos de obús; la proporción de heridas de bala aumentó considerablemente debido al recrudecimiento del bandolerismo. La proporción de heridas causadas por minas aumentó aun más; éstas habían sido diseminadas en ingentes cantidades en los campos, y, por sus propias características, siguieron en actividad después del alto el fuego.

En 1991, los equipos quirúrgicos del CICR trabajaron simultáneamente en los hospitales de Khao-i-Dang (campamento en la región tailandesa fronteriza) y de Mongkol Borei, distantes entre sí tan solo 40 km. pero separados por la línea del frente.

  CUADRO II: COMPARACIÓN ENTRE LOS HERIDOS DE GUERRA HOSPITALIZADOS  

  Hospitales de Khao-i-Dang y Mongkol Borei, enero-agosto de 1991  

 

  Mina  

  Bala  

  Obús  

  Otros HG  

  Total HG  

  % heridos por minas  

Khao-I-Dang

311

89

80

80

560

55,5%

Mongkol Borei

319

120

157

0

596

53,5%

Total

630

209

237

80

1,156

54,5%

Obús = fragmentos de obús, de granada o metralla

HG = heridos de guerra

La categoría " Otros heridos de guerra " no se utilizaba en el hospital de Mongkol Borei, y los criterios de inclusión aplicados en Khao-i-Dang no son claros. Cuando no se considera la categoría " Otros heridos de guerra " , se obtienen los siguientes resultados comparativos según la munición que causó las lesiones (los resultados de ambos hospitales son comparables).

  CUADRO II A: COMPARACIÓN PORCENTUAL DE HERIDOS, SEGÚN LA MUNICIÓN QUE HA PROVOCADO LAS LESIONES  

  Hospitales de Khao-i-Dang y Mongkol Borei  

 

  % heridos por mina  

  % heridos por bala  

  % heridos por obús  

Khao-i-Dang

64,8%

18,5%

16,%

Mongkol Borei

53,5%

20,1%

26,3%

   

     

     

El número de heridos por mina fluctuó de un mes a otro, en función de la actividad bélica, y en un mes dado llegó a equivaler al 80 por ciento de todos los heridos de guerra ingresados en el hospital de Khao-i-Dang.

El noroeste de Camboya sigue siendo hasta hoy una de las zonas más infestadas por minas, en un país donde el número de estos artefactos es elevadísimo. Durante años, la gran cuantía de heridas causadas por las minas se ha mantenido prácticamente invariable. La disminución relativa de 1992 y 1993 tuvo lugar durante la repatriación de refugiados desde Tailandia, supervisada por las Naciones Unidas; en ese período, la ONU mantuvo en Camboya un gran contingente de sus tropas, se perfeccionó el levantamiento de pla nos de las zonas minadas, mejoró la información de la población acerca del emplazamiento de los campos de minas y la aplicación del alto el fuego fue efectiva.

El número de heridos por minas volvió a incrementarse al ir aumentando la movilidad de la población, a lo que se sumó la partida de las fuerzas de supervisión de la ONU y la reanudación de los combates entre las fuerzas armadas gubernamentales y la guerrilla del Jemer Rojo. En el diagrama 3 se presentan los datos sobre el ingreso de heridos por minas en el hospital de Mongkol Borei, de 1991 a 1995, entre los meses de enero y septiembre de cada año (o sea, durante la estación seca).

   

Las estadísticas del CICR han sido corroboradas por otros estudios. Fiona King comprobó que, en el período del 01.01.1992 al 30.06.1992, entre los pacientes operados en el hospital zonal de Mongkol Borei y el hospital provincial de Battambang figuraban 402 heridos por minas. Stover y colaboradores también observaron la persistencia de este problema. En su análisis de los registros hospitalarios de Mongkol Borei, Battambang y Pursat, identificaron un total (incompleto) de 842 pacientes heridos por minas en el período enero de 1990-junio de 1993.

Por otra parte, los resultados del Estudio C efectuado por el CICR en Mongkol Borei (enero 1994-septiembre 1995) son congruentes con los datos anteriores y confirman la constante proliferación de las heridas causadas por minas en el noroeste de Camboya. En el diagrama 4 se observa que, en octubre y en noviembre, meses de mayor intensidad de las lluvias durante la estación de los monzones, el número de ingresos de heridos por minas se reduce significativamente, fenómeno que se ha registrado con frecuencia.

   

La situación no ha sido diferente en 1996. Una ofensiva gubernamental lanzada a inicios del año contra las plazas fuertes del Jemer Rojo a lo largo de la frontera tailandesa, en el noroeste de Camboya, tuvo por resultado un considerable aumento del número de heridos por minas ingresados en los tres principales hospitales de las provincias de Battambang y Banteay Meanchey (respectivamente, los hospitales militar y provincial de la ciudad de Battambang, y el hospital zonal de Mongkol Borei) (véanse los Informes mensuales del CMAC).

  CUADRO III : CMAC  

  Dic. 1995  

  Ene. 1996  

  Feb. 1996  

Banteay Meanchey

28

88

88

Battambang

57

93

191

   

     

     

El CICR registró los ingresos de 450 heridos de guerra en estos tres hospitales durante un mes, a partir del 15 de enero de 1996. Más de la mitad eran víctimas de minas y un cuarto eran personas civiles. La matanza no ha cesado...

 
   

  Estadísticas demográficas de las víctimas de minas  

En los primeros 8 meses de 1991, el equipo quirúrgico del CICR en Mongkol Borei prestó asistencia a 319 pacientes heridos por minas, de los cuales 12 eran menores de 16 años, 12 eran mujeres adultas y 13 eran varones mayores de 50 años (Estudio A). Estas categorías constituyen lo que el CICR ha denominado " índice de no combatientes " (NCI), utilizado para determinar la proporción de víctimas no combatientes " seguras " . En este caso, el NCI fue de 12,1 por ciento. Sin embargo, ello no significa que todos los varones de 16 a 50 años de edad eran combatientes: simplemente, forman la categoría de edad que aportaba más combatientes a este conflicto en particular.

Según el estudio retrospectivo de 842 registros hospitalarios de heridos por minas efectuado por Stover y colaboradores, un 8 por cie nto de las víctimas eran niños, y un 7 por ciento mujeres adultas. En el estudio de F. King consta un 5,2 por ciento de mujeres entre 402 pacientes; el 94,8 por ciento de pacientes varones se repartió en 49,5 por ciento de combatientes y 43,8 por ciento de personas civiles. Éste fue uno de los primeros estudios que puso de manifiesto los daños causados por las minas a la población civil de Camboya. Andersson y colaboradores confirmaron esta situación tras una encuesta epidemiológica entre 6.090 hogares, en 38 localidades, que arrojó un NCI de 39,8 por ciento, incluidos 8 por ciento de niños y 6 por ciento de mujeres adultas.

Entre enero de 1994 y septiembre de 1995 (Estudio C), el CICR registró el ingreso en el hospital de Mongkol Borei de 365 combatientes y 202 personas civiles heridos por minas.

   

   

En el Estudio B del CICR, relativo a los ingresos al hospital de Mongkol Borei durante 1994, se indica que el 90 por ciento de todos los heridos por minas eran varones, el 80 por ciento de los cuales tenían entre 18 y 40 años de edad; solo el 50 por ciento de los varones heridos eran combatientes.

Las estadísticas más recientes del CMAC reflejan un panorama análogo.

  (Datos de diciembre de 1995, enero y febrero de 1996, correspondientes a las provincias de Banteay Meanchey, Battambang y Kompong Thom; los datos de febrero de 1996 se refieren solo a las provincias de Pursat y Siem Reap).  

     

     

  CUADRO IV: ESTADÍSTICAS DEL CMAC RELATIVAS A CINCO PROVINCIAS,  

  EN UN PERÍODO DE UNO A TRES MESES  

 

  No combatientes  

  Combatientes  

 

  Heridos  

  Muertos  

  Heridos  

  Muertos  

Diciembre de 1995

27

10

63

7

Enero de 1996

31

26

130

20

Febrero de 1996

86

20

254

37

Total

144

56

447

64

El total de víctimas civiles en estas cinco provincias en un período de uno a tres meses es de 200; el de víctimas combatientes, de 511. Las víctimas civiles son pues, el 28,1 por ciento del total de muertos y heridos. Ahora bien, los civiles heridos, 144 pacientes, son el 24,4 por ciento del tot al de heridos. Los porcentajes relativos a los civiles, muy elevados, corresponden a un período de intensas ofensivas militares, en el que se registró un número de bajas civiles excepcionalmente elevado. En períodos de menor actividad militar, las bajas civiles varían entre 35 y 50 por ciento de las víctimas de minas.

 
   

  Actividad de las víctimas en el momento de ser heridas  

     

Este aspecto del estudio de F. King se basa en las respuestas a un cuestionario preparado por el CICR, que cumplimentaron 358 víctimas varones y 19 víctimas mujeres. Por lo que atañe a los pacientes varones, 189 (53% de los hombres) dijeron que eran soldados, pero solo 104 de éstos (55 %) estaban en servicio al ser heridos. Dieciséis de los soldados fueron heridos mientras realizaban tareas de desminado.

  CUADRO IV: ACTIVIDAD DE LAS VÍCTIMAS EN EL MOMENTO  

  DE SER HERIDAS, F. KING  

  Actividad  

  Hombres  

  Mujeres  

  Hombres en actividades no militares  

Recorrido de bosques

47%

37%

65%

Viaje

10%

11%

14%

Agricultura

6%

37%

9%

Pastoreo

4%

11%

5%

Pesca

3%

0%

3%

Otras*

3%

5%

4%

Operaciones militares

27%

0%

 

* Otras = búsqueda de agua, desplazamiento a orinar o defecar, exterminio de ratones, búsqueda de lugar para dormir, corte de hierba.

Operaciones militares = patrullas, combates y desminado.

   

(*) Otras = búsqueda de agua, desplazamiento a orinar o defecar, exterminio de ratones, búsqueda de lugar para dormir, corte de hierba.

Operaciones militares = patrullas, combates y desminado.

   

(*) Otras = búsqueda de agua, desplazamiento a orinar o defecar, extermimio de ratones, búsqueda de lugar para dormir, corte de hierba.

Un 46 por ciento de las víctimas fueron heridas durante desplazamientos de índole no militar a los linderos al corazón de los bosques, para recolectar comida o madera. Exceptuadas las actividades bélicas, ésta es, pues, de lejos la ocupación más peligrosa en Camboya (65 % de las personas heridas por minas).

   

Andersson y colaboradores indican que se encontraron minas en el 64, 16, 7 y 11 por ciento, respectivamente, de los bosques, las carreteras, los senderos y los campos incluidos en el estudio. Muchas actividades cotidianas habían sido coartadas por la presencia de minas: los desplazamientos en los campos (27 %), la búsqueda de madera (24 %), la agricultura (15 %), el cuidado del ganado (9 %) y el lavado y aseo personal en corrientes de agua (5 %). El 67 % de las familias encuestadas había modificado actividades o comportamientos con el fin de evitar las minas. Se comprobó también que el extenso empleo de minas tenía profundas repercusiones sociales y económicas: un 22 por ciento de las familias había tenido que abandonar sus tierras de labranza, y un 59 por ciento dijo que la presencia de minas les impedía aumentar sus cultivos. En el estudio se determina que la superficie total de los terrenos que hubieran podido incorporarse a la agricultura, de no mediar la presencia de minas, equivalía al 135 por ciento de las tierras entonces explotadas.

En el Estudio C del CICR, que abarca los registros del hospital de Mongkol Borei en el período 01.01.1994-30.09.1995, se consignan los siguientes resultados en cuanto a las actividades de las víctimas en el momento de ser heridas.

  CUADRO VI: ACTIVIDAD DE LAS VÍCTIMAS EN EL MOMENTO DE SER HERIDAS, CICR  

Combates/Manipulación de minas y MNE (sólo combatientes)

326

57,5%

Actividades no militares

Manipulación o juego con minas y MNE, extracción de explosivos (sólo personas civiles)

41

7,2%

17,0%

Agricultura (sólo personas civiles)

16

2,8%

6,6%

Pastoreo, pesca, caza (combatientes y civiles)

52

9,2%

21,6%

Tala de madera, corte de hierba o de bambú (combatientes y civiles)

50

8,8%

20,7%

Viaje, búsqueda de alimentos o de agua (combatientes y civiles)

33

5,8%

13,7%

Otras (combatientes y civiles)

49

8,6%

20,3%

MNE = munición no explosionada

En los informes del CMAC se indica que la presencia y el peligro que entrañan las minas se han convertido en un factor de la vida cotidiana en Camboya. Estos artefactos conllevan un elevadísimo grado de peligrosidad no solo para las actividades de índole militar -combates, patrullas, colocación y remoción de minas-, sino para los niños en sus juegos, los viajeros durante sus desplazamientos o los pescadores en las riberas de ríos y lagos.

 
   

  Tipos de herida  

Sobre una base de datos compilados a partir de los registros completos de más de 25.000 pacientes ingresados en sus hospitales de cirugía de guerra, incluidas más de 6.000 víctimas de minas, el CICR ha creado un sistema de clasificación de las heridas causadas por estos artefactos.

  Tipo A:  

  Heridas causadas principalmente por la onda de choque generada por la explosión de una mina al ser pisada por la víctima: la onda de choque despedaza el pie o la pierna (amputación traumática), y sus fragmentos secundarios causan heridas de diverso grado en la otra pierna, los órganos genitales, las nalgas, los brazos o el tórax. Si la carga explosiva es suficiente, la onda de choque puede causar la muerte.  

  Tipo B:  

  Heridas causadas por minas de fragmentación: los múltiples fragmentos metálicos proyectados por la explosión de la mina, procedentes de su envoltura externa o de la metralla que contiene, pueden penetrar en cualquier parte del cuerpo. Estas heridas son análogas a las causadas por otros artefactos de fragmentación (granadas, proyectiles de mortero, etc.); la ubicación exacta y el grado de penetración de los fragmentos depende de la distancia entre la víctima y la mina en el momento de la explosión. Suelen ser mortales, ya que pueden destrozar un cuerpo a gran distancia.  

  Tipo C:    

  Heridas causadas por la manipulación de una mina, sea durante su colocación o remoción, al intentar extraer el explosivo, al tocar una el labriego que planta arroz, sea al jugar inocentemente los niños con pequeños artefactos lanzados a distancia. Las víctimas sufren la amputación de dedos, de la mano o incluso del brazo, y muchos quedan ciegos. Otras mueren a causa de la penetración de fragmentos metálicos concentrados en una región del cuerpo.  

Precisar el tipo de heridas tiene importancia a la hora de determinar las necesidades en materia de recursos hospitalarios y de readaptación para las víctimas de las minas. Los amputados por minas requieren una proporción de recursos muchísimo mayor que los necesarios para atender a otros heridos de guerra. La epidemia mundial de las heridas causadas por las minas terrestres. Comité Internacional de la Cruz Roja, Ginebra, 1995.

La distribución relativa de los diferentes tipos de heridas refleja adecuadamente el tipo de minas antipersonal que se utiliza en un conflicto determinado: minas que producen onda de choque o minas de fragmentación.

  CUADRO VII: TIPOS DE HERIDAS :  

  Hospital de Mongkol Borei  

  Total de heridos = 319; período 01.01.91-31.08.91  

 

    Total  

  Antes del alto el fuego  

  Después del alto el fuego  

Tipo A

92

65

27

Tipo B

197

135

62

Tipo C

30

17

13

   

   

La única diferencia significativa entre los períodos anterior y posterior al alto el fuego es el número de víctimas con heridas de tipo C. Esto obedecía, al parecer, al aumento de las actividades en los arrozales en el período que precede a la estación anual de los monzones; los labriegos, ocupados en el transplante de vástagos, detonan las minas antipersonal al tocarlas con las manos.

   

En el estudio por F. King, en 1992, se muestra una distribución de los tipos de heridas algo diferente (solo se han procesado los datos correspondientes al hospital de Mongkol Borei).

   

En su estudio epidemiológico, Stover y colaboradores registran datos anatómicos relativos a 443 incidentes: en 14 casos (3 %) no se indica la herida; en 136 casos (31 %) se indica la muerte de la víctima, y en 293 casos (66 %) se registran las heridas sufridas por las víctimas. Algunas de las víctimas sufrieron heridas en más de una región anat ómica; además, las categorías no se ajustan exactamente a los criterios de clasificación establecidos por el CICR. Ello no obstante, resulta posible extrapolar parcialmente estos datos y hacerlos corresponder con los tipos de heridas definidos por el CICR.

  CUADRO VIII: REGIONES ANATÓMICAS HERIDAS, Stover y colaboradores  

 

Número de heridos

Porcentaje de heridos

Equivalencia con el CICR

Pérdida de:

 

 

 

Brazo

27

9,2%

Tipo C

Pierna

172

58,7%

Tipo A

Pies, dedos (mano o pies)

97

33,1%

Tipos A y C

Lesiones múltiples por fragmentos

94

32,1%

Tipo B

Ceguera

21

7,2%

Sobre todo C

Heridas en la cabeza

23

7,8%

Sobre todo C

Estos resultados presentan un panorama decididamente distinto de la ubicación anatómica de las heridas, y evidencian un porcentaje más alto de discapacidades a largo plazo:

Tipo A 50-60 por ciento (amputación de miembro inferior)

Tipo B 25-35 por ciento

Tipo C 15-20 por ciento (amputación de dedos, mano o brazo)

En su Estudio B, el CICR considera que, en 1994, se habían registrado entre 100 y 150 amputaciones por mes en todo el país; según los registros del taller ortopédico de Battambang, el 70 por ciento eran amputaciones bajo la rodilla.

En el Estudio C del CICR, relativo a un total de 567 víctimas, figura la siguiente distribución de tipos de herida:

   

   

Las estadísticas del CICR muestran también que la tasa de amputaciones -de los miembros superiores y de los inferiores- era la misma para combatientes y civiles. Las secuelas que a largo plazo ha de asumir la sociedad - dependencia económica, marginación social, costos de la asistencia sanitaria y la rehabilitación- son directamente proporcionales al número de amputados.

Asimismo, el Estudio C del CICR permite mostrar el tipo de amputaciones practicadas en el hospital de Mongkol Borei en el período analizado.

   

La ofensiva militar de la estación seca, a inicios de 1996, se saldó con 187 amputaciones, nada más que en el hospital de Mongkol Borei, en el período de enero-marzo. Al parecer, entre 1991 y 1995, prácticamente no se regi straron cambios en este hospital. Las minas siguen cobrando un terrible tributo humano, y la discapacidad permanente que resulta de la pérdida de un miembro redunda en una doble dependencia en la que todavía es una sociedad rural.

   

Por horrendas que sean estas cifras, la situación real es aun peor. Al igual que ocurre en otras sociedades rurales agobiadas por las minas terrestres -Afganistán, Somalia, Angola y Mozambique-, todos los estudios del problema han venido a confirmar lo que la experiencia ha mostrado: por cada víctima ingresada en un establecimiento, otra muere antes de llegar al hospital, sin dejar huella en las estadísticas.

La matanza continúa en los campos de la muerte de Camboya. Desgraciadamente, dados el número de minas terrestres diseminadas y las dificultades que entraña su remoción, es muy probable que esta tragedia se prolongue todavía durante muchísimo tiempo.

(Case study, COM/DIR 1996)

  Ref. DP 1996-081-SPA