Zimbabue: adaptarse para responder a las cambiantes necesidades humanitarias

28-10-2011 Entrevista

El jefe saliente de la delegación del CICR en Harare, Thomas Merkelbach, comenzó su misión en un momento en que la violencia hacía estragos en Zimbabue, tras las elecciones de marzo de 2008. En esa época, la economía estaba colapsada por la hiperinflación y el acceso a los bienes básico era difícil. Tres años después, en esta entrevista el señor Merkelbach analiza los resultados alcanzados en Zimbabue y en la región, así como los retos que quedan por abordar.

¿Cuál era la situación humanitaria cuando usted llegó a Zimbabue?

Debido a la violencia que se produjo tras las elecciones de marzo de 2008, muchas personas tuvieron que desplazarse; sus viviendas y sus pertenencias fueron destruidas. La situación para esas personas era tan difícil que tuvimos que distribuir alimentos y artículos de primera necesidad, como mantas, para más de 5.000 personas en todo el país.

Cuando se detuvo la violencia, las familias comenzaron a regresar poco a poco a sus hogares. A finales de 2008 y comienzos de 2009, apoyamos a 13.000 agricultores, así como a sus familias y comunidades en cuatro distritos de las provincias de Mashonaland Centro y Mashonaland Este, de Zimbabue, a los que ofrecimos capacitación en técnicas de conservación agrícola, semillas, fertilizantes y herramientas para agricultura, a fin de que pudieran reanudar sus actividades. Si bien las necesidades eran significativas en muchos distritos, decidimos centrarnos en esas zonas porque habían tenido problemas frecuentes de seguridad alimentaria en el pasado y la violencia las golpeó de una forma particularmente dura.

La persistencia de la hiperinflación que impidió que muchas personas accedieran a los servicios médicos y la epidemia de cólera que se produjo en 2008 nos llevaron a incrementar nuestro apoyo a un total d 25 clínicas en zonas urbanas y rurales, que prestan atención médica a más de 1.200.000 personas.

¿La situación ha cambiado?

La situación en Zimbabue ahora es más estable, sobre todo porque la economía se ha recuperado. La población puede vivir en mejores condiciones, y los proveedores de servicios disponen de más medios para planificar e invertir; de ese modo aumentará la disponibilidad de servicios públicos básicos. Por ello, hemos traspasado a las autoridades la responsabilidad del apoyo a las clínicas de salud rurales y al organismo encargado del suministro de agua (Fondo de Desarrollo de Distritos). Sin embargo, el mayor desafío tal vez sean las grandes expectativas que la población tiene para que las condiciones mejoren rápidamente, lo que demuestra que tienen esperanza y fortaleza. Eso es alentador y conmovedor al mismo tiempo.

¿Cuáles fueron los principales logros de los últimos años?

En 2009, el Gobierno de Zimbabue nos dio acceso a las cárceles administradas por el Ministerio de Justicia. Ya hace dos años que podemos visitar a los detenidos y contribuir a la seguridad alimentaria de los lugares de detención. Hoy en día, han aumentado los recursos financieros y técnicos que proporciona el Gobierno a los Servicios Penitenciarios de Zimbabue.

Una comisión conjunta permanente del CICR y los Servicios Penitenciarios de Zimbabue sigue de cerca el proceso de entrega de ayuda alimentaria del CICR a fin de asegurarse de que se preserve el bienestar de los reclusos. Si es necesario, la comisión puede hacer los ajustes correspondientes. Sin embargo, las actividades de construcción de capacidad en el ámbito de producción alimentaria, así como de rehabilitación de la infraestructura básica y el apoyo del CICR a los servicios de salud de las cárceles, continuarán en 2012.

¿Qué actividades realiza el CICR en Malawi, Zambia y Namibia?

Una de las funciones de las Sociedades Nacionales es realizar actividades en favor de los heridos durante los hechos de violencia. Por ello, los voluntarios de la Cruz Roja de Malawi prestaron primeros auxilios a las personas heridas durante las manifestaciones violentas de julio de 2011, y los voluntarios de la Cruz Roja de Zambia respondieron a las necesidades de ayuda humanitaria tras los incidentes de violencia que se produjeron en las elecciones generales de septiembre de 2011. A fin de apoyar a estos dos asociados, el CICR les entregó artículos de primeros auxilios, vehículos y capacitación. Además, un equipo del CICR se desplegó en el terreno en Zambia.

Entre nuestras actividades con las Sociedades Nacionales de la región, también llevamos adelante un programa de visitas de familiares con la Cruz Roja de Namibia. Dos veces por año, facilitamos el viaje de los familiares de los detenidos tras los hechos que se produjeron el año 1999 en la región de Caprivi, a los lugares donde se encuentran recluidos. Este programa es de gran ayuda, ya que algunas de las familias viven a más de 1.000 kilómetros de las cárceles donde están detenidos sus seres queridos y no pueden visitarlos con regularidad.

También trabajamos con todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de la región en la asistencia a las personas desplazadas por los conflictos a fin de que restablezcan y mantengan el contacto con sus familiares. Los beneficiarios de la asistencia proceden de diversos países, como la República Democrática del Congo o Somalia. El contacto se entabla mediante mensajes de Cruz Roja, pero cada vez más a través de tecnología moderna, como el correo electrónico, cuando es posible.

¿Qué tipo de relaciones mantiene el CICR con la Comunidad de Desarrollo de África del Sur?

Colaboramos desde hace largo tiempo con la Comunidad de Desarrollo de África del Sur, en particular a través de nuestra asociación con el Centro Regional de Entrenamiento para el Mantenimiento de la Paz, perteneciente a ese organismo. Nos reunimos frecuentemente con responsables de elaborar políticas, policías, militares, para dialogar sobre el papel del derecho internacional humanitario y los principios humanitarios en las operaciones de apoyo a la paz.

¿Qué retos quedan pendientes?

En toda la región, persisten varios retos humanitarios, dado que se producen estallidos de violencia en relación con elecciones o con manifestaciones, desplazamientos de población y migraciones a causa de conflicto en todo el continente africano, desastres naturales recurrentes y amenazas a la seguridad alimentaria.

En los lugares donde se han producido estallidos de violencia, seguiremos de cerca la situación y desplegaremos nuestros equipos y recursos para ayudar a las personas necesitadas o para apoyar las iniciativas de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja, en concordancia con nuestra misión. Junto con nuestros asociados del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, estamos listos para acudir en ayuda de los más vulnerables, cuando sea necesario.

La cálida acogida y la generosidad que la organización y yo personalmente continuamos recibiendo en toda la región son un reflejo de las raíces profundas que el CICR ha establecido en el sur de África a lo largo de más de 50 años de acción humanitaria. Espero que podamos continuar ayudando a mejorar la vida de decenas de miles de personas en toda la región.

Fotos

Thomas Merkelbach 

Thomas Merkelbach
© CICR

Zimbabue, 2010. Una madre con su bebé en el policlínico Glenview, donde le harán un control y le aplicarán vacunas. 

Zimbabue, 2010. Una madre con su bebé en el policlínico Glenview, donde le harán un control y le aplicarán vacunas.
© CICR / O. Moeckli

Zimbabue, granja de la cárcel de Anju, 2011. Los reclusos separan partículas extrañas de las semillas de guisantes para empacarlas en bolsas de 50 kg. 

Zimbabue, granja de la cárcel de Anju, 2011. Los reclusos separan partículas extrañas de las semillas de guisantes para empacarlas en bolsas de 50 kg.
© CICR / D. Hove

Zimbabue, granja de la cárcel de Anju, 2011. Los reclusos trabajan juntos para empacar las semillas en bolsas. 

Zimbabue, granja de la cárcel de Anju, 2011. Los reclusos trabajan juntos para empacar las semillas en bolsas.
© CICR