Editorial El Salvador: "Proteger la acción humanitaria: un compromiso de todos"

Esta editorial forma parte del Balance Humanitario 2024

En 2023, millones de personas en el mundo se enfrentaron a una compleja realidad derivada de desastres, migración y miseria, pero también por los conflictos armados y otras situaciones de violencia. La falta de acceso a servicios esenciales, a un hogar seguro o la pérdida del contacto con los seres queridos son algunas de las consecuencias humanitarias generadas por la violencia. Es en estos contextos que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ofrece una respuesta humanitaria, neutral, imparcial e independiente que busca aliviar el sufrimiento de las personas, y proteger su vida y dignidad.

Día a día el impacto de nuestra acción humanitaria se amplifica gracias al trabajo conjunto con la Cruz Roja o la Media Luna Roja en cada país, en el caso de El Salvador, con la Cruz Roja Salvadoreña (CRS). Nuestra red humanitaria mundial, la más extensa en número de voluntarios, fue fundada hace 161 años, y también está conformada por la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

En El Salvador, el CICR y la Cruz Roja Salvadoreña trabajamos de manera conjunta para llevar esperanza a personas que perdieron el contacto con sus seres queridos a causa de la migración, la violencia o un fenómeno natural, gracias a nuestros servicios de Restablecimiento del Contacto entre Familiares. En 2023 contribuimos a mejorar la atención prehospitalaria en centros de salud en San Salvador y Apopa.

Además, en comunidades antes azotadas por la violencia, trabajamos con Cruz Roja Salvadoreña y otros miembros del Movimiento por más de una década e hicimos parte de un cambio en la vida de las personas que tenían dificultad para acceder a servicios esenciales, como la educación. También las acompañamos en la adecuación o construcción de espacios públicos para revitalizar las relaciones comunitarias, así como en la atención en salud de personas heridas y lesionadas por armas de fuego, a la vez que apoyamos la respuesta a las necesidades psicosociales de los familiares de las personas desaparecidas.

Nuestra acción humanitaria ha sido posible gracias a la confianza de las personas y a nuestro apego a los principios fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Luna Media Roja. Sin embargo, en este mundo complejo y convulso, la labor humanitaria imparcial, neutral e independiente se ve trastocada a nivel global por la polarización social y política, la desinformación y la instrumentalización de la ayuda, entre otras muchas dinámicas.

A pesar de estos desafíos, reafirmamos nuestro compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad que necesitan la ayuda humanitaria, pues estamos convencidos de que la acción neutral, imparcial e independiente sigue siendo la respuesta clave. Sin ella, muchas puertas se cerrarían y no podríamos llegar a los lugares donde se necesita nuestra labor.

Es por ello por lo que hacemos un llamamiento a preservar la acción humanitaria basada en estos principios, que aseguran la prestación de la asistencia y protección a las personas que más lo necesitan. Tanto los Estados, como la población y los integrantes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja tenemos un papel fundamental para protegerla y promoverla.

Juntos podemos y debemos reducir las circunstancias que ponen en riesgo la vida y dignidad humana, y fortalecer las capacidades y resiliencia de las personas afectadas por el cambio climático, desastres o violencia, con el fin de reducir los factores de vulnerabilidad que enfrentan.

En El Salvador seguiremos trabajando mano a mano con la Cruz Roja Salvadoreña en favor de las personas que más necesitan de nuestros servicios humanitarios. Nosotros, en cumplimiento de nuestro mandato: asistir y proteger a víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia y, la Cruz Roja Salvadoreña, en su rol de auxiliar del Estado en el ámbito humanitario, a través de su amplia red de personas voluntarias que dan lo mejor de sí para ayudar los demás.

Nuestra acción humanitaria no se detiene.