Siete cosas que debes saber sobre el cambio climático y los conflictos

15 julio 2020
Siete cosas que debes saber sobre el cambio climático y los conflictos
Los países en conflicto son menos capaces de hacer frente al cambio climático porque su capacidad de adaptación se ve debilitada por los conflictos. Samuel TURPIN / Humans & Climate Change Stories

Un nuevo informe del CICR, 'When rain turns to dust' (Cuando la lluvia se convierte en polvo), analiza cómo los países que atraviesan conflictos se ven desproporcionadamente afectados por el cambio climático y la variabilidad climática*.


Aquí explicamos siete cosas que debes saber.

1. De los 20 países considerados más vulnerables al cambio climático, 12 atraviesan situaciones de conflicto.

El índice ND-GAIN (índice de adaptación mundial establecido por la Universidad de Notre Dame) estudia la vulnerabilidad de los países al cambio climático y a otros retos mundiales, en comparación con su capacidad de incrementar la resiliencia.

Yemen, Malí, Afganistán, República Democrática del Congo y Somalia, países donde se libran conflictos, figuran en los puestos inferiores del ranking.

Este dato no quiere decir que haya una correlación directa entre el cambio climático y los conflictos. Lo que sugiere es, más bien, que los países que atraviesan conflictos tienen menos capacidad de afrontar el cambio climático, precisamente porque su capacidad de adaptación está debilitada por los conflictos.

Por lo tanto, las personas que viven en zonas de conflicto se cuentan entre las más vulnerables a la crisis climática y las más desatendidas por la acción climática.

2. El cambio climático no es una causa directa de conflictos, pero...

Por lo general, los científicos coinciden en que el cambio climático no es una causa directa de conflictos armados, pero que indirectamente aumenta el riesgo de que se produzcan al exacerbar factores sociales, económicos y ambientales existentes.

Por ejemplo, cuando los pastores y los agricultores se ven obligados a compartir recursos cada vez más escasos debido a un cambio del clima, pueden surgir tensiones en lugares donde no existen instituciones de gobierno fuertes e inclusivas.

3. La inseguridad limita la capacidad de las personas de hacer frente a los choques climáticos

El siguiente estudio de caso de Malí, que ha vivido años de conflicto, ilustra este punto.

África oriental sufrió una larga sequía en la década de 1970 que provocó una hambruna. Isa, líder comunitario del norte de Malí, dijo: "En esa época, solo teníamos que buscar comida. Nos movíamos con libertad con nuestros animales. Ahora, ni siquiera podemos buscar comida. Estamos obligados a quedarnos en el lugar o a desplazarnos a ciudades, debido a la inseguridad."

A comienzos de 2019, la tierra para pastoreo comenzó a escasear al sur de Gao debido a las inundaciones. A los pastores les preocupaba tener que desplazarse con su ganado por temor a sufrir ataques de grupos armados o bandidos.

Solían reunirse entonces en áreas cercanas a fuentes de agua, lo que creaba tensiones con los agricultores y los pescadores. Como sus animales se ponían cada vez más débiles, los pastores se vieron obligados a venderlos a precios rebajados.

La inseguridad les impedía llegar hasta los mercados de ganado más distantes, donde tal vez conseguirían mejores precios. No había funcionarios estatales, ni tampoco un eventual apoyo estatal, a causa de la violencia. La violencia también limitó considerablemente el acceso humanitario.

Para decirlo brevemente, los pastores vieron cómo sus únicos bienes perdían valor, al tiempo que aumentaban sus dificultades para alimentar a sus familias.

Las personas que viven en zonas de conflicto se encuentran entre las más vulnerables a la crisis climática y las más desatendidas por la acción climática. Samuel TURPIN / Humans & Climate Change Stories

4. Adaptarse al cambio climático puede ser relativamente simple, pero tiende a ser complicado

En algunas circunstancias, podría ser suficiente un cambio en los cultivos que se siembran. Pero adaptarse al cambio climático puede requerir también cambios importantes a nivel social, cultural o económico. Podría ser necesario cambiar todo el sistema agrícola o comenzar a tratar enfermedades que son nuevas para una zona geográfica.

En tiempo de guerra, los esfuerzos de adaptación concertados tienden a ser limitados. En una situación de conflicto, las autoridades y las instituciones no solo son débiles, sino que también están preocupadas por atender las prioridades en materia de seguridad.

5. El entorno natural suele ser víctima de los conflictos

Con demasiada frecuencia, el entorno natural es atacado o dañado directamente por la guerra. Los ataques pueden provocar la contaminación del agua y la tierra, o emitir contaminantes al aire. Los restos explosivos de guerra pueden contaminar la tierra y los recursos hídricos, y poner en peligro la vida silvestre. Esa degradación ambiental ** reduce la resiliencia y la capacidad de adaptación al cambio climático.

Los efectos indirectos de los conflictos también pueden provocar una mayor degradación ambiental, por ejemplo: las autoridades tienen menor capacidad de gestionar y proteger el medio ambiente; los desplazamientos a gran escala ejercen presión sobre los recursos; los recursos naturales pueden ser explotados para sostener las economías de guerra. En Fao, sur de Basora, Irak, los pobladores atribuyen los problemas de agua y cultivo al uso de hojas de palma con fines militares durante la guerra entre Irán e Irak.

Los conflictos también pueden contribuir al cambio climático. Por ejemplo, la destrucción de grandes extensiones de bosques, o el daño a infraestructura como las grandes instalaciones industriales o los sitios de extracción de petróleo, puede tener consecuencias climáticas adversas, en particular la emisión de grandes volúmenes de gases de efecto invernadero en el aire.

6. El derecho internacional humanitario (DIH) confiere protección al medio ambiente natural

Ya en 1977, los Estados confirieron protección al medio ambiente natural contra los daños extensos, graves y duraderos a través del Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra.

Ver explicación sobre las leyes de la guerra y la naturaleza:

Un mayor respeto de las leyes de la guerra puede reducir el daño y los riesgos a los que están expuestas las comunidades afectadas por conflictos a raíz del cambio climático.

Por ejemplo, el cambio climático puede provocar escasez de agua y reducir la disponibilidad de tierras para cultivo. Al prohibir los ataques contra bienes indispensables para la supervivencia de la
población civil, como las zonas agrícolas y el agua potable, el DIH protege esos recursos contra la violencia relacionada con los conflictos.

7. La acción humanitaria debe adaptarse

La crisis climática está alterando la naturaleza y la gravedad de la crisis humanitaria. Las organizaciones humanitarias ya tienen dificultades para responder y no podrán satisfacer las necesidades resultantes del cambio climático no mitigado, que crecen exponencialmente.

Se necesitan importantes esfuerzos, en la forma de cambios sistémicos y estructurales significativos, voluntad política, buena gobernanza, inversión, conocimiento técnico, cambio de mentalidad, para limitar el cambio climático.

Las organizaciones humanitarias deben colaborar para fortalecer la acción climática. Las personas que viven en zonas de conflicto son de las más vulnerables al cambio climático, al tiempo que hay una diferencia entre los países estables y los países frágiles en lo que respecta a los fondos para acción climática. Se debe asignar una mayor parte de los fondos para acción climática a los lugares afectados por conflictos a fin de ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático.

*Por "cambio climático", se hace referencia a cualquier cambio en el clima que persista durante un periodo extenso, por lo general, décadas o más. Por "variabilidad climática", se hace referencia a las fluctuaciones de las condiciones climáticas en un marco de tiempo más breve, como un mes, una estación o un año. Las variaciones, como la frecuencia o la intensidad de las lluvias, los ciclones tropicales, las temperaturas, etc., pueden ser excepcionales y formar parte de la variabilidad climática natural. Las variaciones persistentes pueden sugerir un eventual cambio en el clima.

** Por "degradación ambiental", se entiende el proceso a través del cual se deteriora el medio ambiente natural. Puede ser un proceso totalmente natural o puede ser acelerado o causado por actividades humanas.